El consejo para padres de cara al verano: "A veces se hace de forma inconsciente"
La importancia de establecer límites claros o evitar la sobreprotección, entre las claves para lograr una guía clara en la educación y mayor contacto paterno-filial durante los próximos meses.

Patricia Flor, doctora en psicología y mediación familiar
Castellón - Publicado el
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Ya han pasado 10 días desde que acabar el curso escolar y nos acercamos a un mes de julio que suele traer una pregunta en algunas familias: ¿Qué hacemos con los niños? Aunque la oferta pública de escuelas de verano crece cada año, resulta insuficiente para cubrir a todos, por lo que las opciones se quedan en ir a establecimientos privados o tirar de familia. Y si no se puede, la conclusión es clara: quedarse en casa con ellos.
Y ello trae otra pregunta: ¿cómo lo hacemos? La falta de costumbre en algunos casos puede generar problemas. Aquí, en COPE Castellón, hemos tirado de especialista. Patricia Flor, doctora en Psicología y Mediación Familiar, nos ha explicado cuestiones a tener en cuenta. La primera, y más clara, es tener definido nuestro estilo parental: "Sería la forma de interaccionar con nuestros hijos, ya sea con nuestros valores educativos o con el diálogo emocional que definimos con ellos".
Flor nos recuerda que estos estilos "impactan profundamente en la autoestima, la autonomía, la capacidad para manejar frustraciones y hasta en la salud mental futura de los hijos".
Ahí llega el momento claro: saber definir límites. Y ahí hay que saber evitar el efecto y el exceso. Porque ello puede llevar, como nos explica Flor, a sabotear el desarrollo del hijo, "algo que parece que nos fustiguemos a nosotros mismos, y a veces, que es lo que más cuesta darnos cuenta, lo hacemos de manera inconsciente".
Incluso cuando parece que le hacemos bien nos podemos equivocar, al sobreproteger al pequeño: "El problema aparece cuando hay una confusión entre el amor que queremos darle con esa hiperpresencia y exigencia desmesurada de nosotros mismos de protegerles, porque muchas veces es nuestro miedo el que habla y no el que ellos tienen".
Entonces, ¿qué hacer ante ello? Nuestra psicóloga de cabecera nos apunta algunas claves para lograr ese equilibrio entre el afecto y la limitación: "Establecer límites claros y coherentes, siempre explicados desde el respeto; después fomentar la autonomía, es decir, dejar que se equivoque y aprenda; y ser nosotros mismos ese modelo de gestión emocional. Si yo cuando me frustro reacciono gritando, seguramente será así como nuestro hijo va a responder".
Sea como sea, lo ideal es saber disfrutar como una familia, especialmente en esta época donde las experiencias paterno-filiales crecen y se deben gozar por todos.