Las lagunas artificiales del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares gestionado por los ayuntamientos de Almassora, Burriana, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana han recibido la visita inesperada y sorprendente de tres ejemplares de cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), actualmente el pato más amenazado de Europa. Las cercetas pardillas han estado descansando y alimentándose en el complejo de lagunas artificiales del Paisaje Protegido, concretamente en la laguna central.

La primera observación la realizó un ornitólogo holandés que recorría el paraje fluvial en bicicleta y vio a las aves tranquilamente nadando en esta laguna desde el observatorio de madera. Poco después este aficionado compartió la observación con otro ornitólogo habitual de la zona, Antonio Engra, y que rápidamente logró fotografiar a las tres cercetas pardillas.

Esta cita extraordinaria fue corroborada poco después por el guarda rural del Consorcio río Mijares, Gonzalo Juan. Se trata de una visita ilustre porque es la primera cita conocida de la especie en el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares. Ni el Anuario Ornitológico de la Comunidad Valenciana ni el Banco de Datos de Biodiversidad de la Conselleria de Transición Ecológica recogen cita alguna de la especie en el paraje fluvial. La ubicación más cercana donde se ha podido constatar su presencia es en la Marjal de Almenara.

Las tres aves podrían venir de la marjal de los Moros, ubicada entre las poblaciones de Puçol y Sagunt, ya que en los últimos días había un grupo descansando en el humedal. En esta época del año las cercetas pardillas se encuentran en período de dispersión, son aves nómadas y es fácil que las tres cercetas pardillas hayan salido del grupo de la Marjal de los Moros.

La idiosincrasia de la cerceta pardilla

Se trata de un pato de pequeño tamaño que luce un plumaje marrón poco llamativo. El pato en cuestión pasaría bastante desapercibido en las marismas mediterráneas europeas si no fuera porque se encuentra en grave peligro de extinción. Es una triste calificación de conservación que deja a la cerceta pardilla a un paso de desaparecer del continente europeo.

Sus causas conocidas son diversas: meses persistentes de sequía durante la reproducción, la gestión calamitosa del agua en los humedales en los que vive, la aparición de botulismo asociada a la mala calidad del agua y la caza indiscriminada.

Las cercetas pardillas anidan de forma muy localizada en los humedales salobres del sur de Alicante como son el parque natural del Hondo de Elx Crevillent, el parque natural de las Salinas de Santa Pola, el Hondo de Amorós o el Clot de Galvany. En los años noventa del siglo pasado llegaron a haber entre 200 y 300 parejas de cercetas pardillas en España.

Actualmente, hay poco más de 30 parejas en la Comunidad Valenciana (Fondo de Elx Crevillent) y Andalucía (Doñana), el total de la población europea.