Vuelve desde Zaragoza cada junio por amor a las Hogueras: la historia de una alicantina por el mundo

Alicante se prepara para vivir uno de sus momentos más vibrantes del año. Las Hogueras de San Juan, declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial, ya impregnan de pólvora, música y emoción las calles de la ciudad. Este martes arranca el esperado concurso de mascletás en la Plaza de los Luceros, epicentro de la celebración, donde COPE Comunidad Valenciana ha instalado su set especial para narrar en directo lo que será una semana inolvidable.

Entre los muchos protagonistas de estas fiestas, destaca Mari Carmen Granero, una alicantina que reside en Zaragoza desde hace más de una década pero que nunca ha dejado de volver a su tierra por San Juan. “Me fui por amor a Zaragoza, pero vuelvo cada año por amor a las Hogueras. Esto se lleva en la sangre”, contaba emocionada en los micrófonos de COPE.

Su historia es un reflejo de cómo la tradición trasciende la distancia. Aunque vive a más de 500 kilómetros de Alicante, Mari Carmen participa activamente durante todo el año en la Casa de la Comunidad Valenciana en Zaragoza, donde celebran desde fallas hasta proclamaciones. “Tenemos tres reinas: una fallera mayor, una bellea del foc y una gaiatera. Aquí celebramos todo lo que nos conecta con nuestra tierra”, explica con orgullo.

Pero lo más llamativo es su implicación familiar: su hijo, nacido en Alicante, es este año presidente infantil de la Hoguera Gran Vía Sur. “Ha sido complicado compaginar los actos desde fuera, pero lo está viviendo con mucha ilusión. No se ha perdido ni uno”, añade. La pasión de Mari Carmen por esta fiesta no es puntual, sino constante. “Desde mayo, cada 15 días bajamos a Alicante: paellas, proclamaciones, elecciones al fuego... lo que haga falta”, cuenta entre risas.

Hoy mismo, a las 14:00 horas, Mari Carmen parte rumbo a Alicante con la maleta llena de ilusión y preparada para disfrutar hasta el último día de las fiestas. “Nos quedamos hasta el 29, para ver el coso multicolor y los fuegos artificiales. No nos perdemos nada”, afirma.

Mientras los pirotécnicos ajustan los últimos detalles en Luceros y las barracas empiezan a animar las calles, historias como la de Mari Carmen nos recuerdan que las Hogueras son mucho más que fiesta: son identidad, son familia, son emoción. Y sobre todo, son un motivo para volver a casa, aunque sea solo una vez al año.