De Colombia a Alicante: así llegaba la droga en contenedores de fruta “inocente”
Pulpa de frutos, vehículos a nombre de terceros y rutas nocturnas para intentaban ocultar toneladas de cocaína

Golpe brutal en Alicante: desmantelado un laboratorio narco con una tonelada de químicos y 27.000 kilos de pulpa de fruta
Alicante - Publicado el
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La historia arranca mucho antes de las sirenas. En 2024, unos cargamentos de pulpa de fruta procedentes de Colombia empiezan a levantar sospechas entre los funcionarios de Vigilancia Aduanera en Alicante. Nada extraño sobre el papel… salvo que, detrás de esas importaciones, algo no cuadraba: la empresa era pequeña, la mercancía voluminosa y las rutas demasiado discretas.
Los agentes tiraron del hilo y descubrieron a dos figuras clave: un líder que movía los hilos sin firmar nada y un socio que sí daba la cara y que organizaba toda la logística. Una estructura diseñada para parecer legal, pero lo justo para pasar desapercibida.
La investigación dio un vuelco cuando, en septiembre, en Colombia se intervino un contenedor idéntico a los que llegaban a Alicante. Dentro: 955 kilos de cocaína mezclada con pulpa de fruta. Ese cargamento tenía destino España y su interceptación confirmó lo que todos sospechaban: la red usaba los productos alimentarios como camuflaje para introducir droga.
En paralelo, los investigadores localizaron en Monóvar un envío gemelo con 27 toneladas de pulpa, distribuido en bidones y cajas. Tras los análisis del Ministerio de Sanidad, se confirmó que ese lote aún no estaba contaminado, pero provenía de la misma empresa y seguía el mismo patrón.
A partir de ahí, llegó el trabajo fino: vigilar cómo movían la mercancía. Y lo hacían con una logística digna de manual del crimen organizado. Vehículos a nombre de terceros, rutas nocturnas, cambios constantes de titularidad y traslados a enclaves aislados para evitar cámaras, vecinos y curiosos. Todo pensado para que la droga, una vez mezclada, se llevara a un lugar donde pudiera extraerse sin dejar rastro.
Ese lugar estaba en Sax: una finca alejada, convertida en laboratorio clandestino. Cuando los agentes entraron, encontraron más de una tonelada de precursores químicos, desde sosa cáustica hasta ácido sulfúrico, pasando por amoniaco, gasolina o acetato de etilo. Había también ollas industriales, balanzas, bidones y probetas. Y lo más importante: 10 kilos de cocaína ya elaborada, además de restos de una plantación indoor de marihuana.
La operación se remató los días 4 y 5 de noviembre con cinco registros simultáneos en Sax, Elda, Monóvar, Petrer y Castalla. En ellos se intervinieron los cargamentos, tres vehículos, ordenadores, teléfonos, documentación y dinero en efectivo.
Y se detuvo a once personas, presuntamente implicadas en la importación, manipulación y extracción de la droga.
Las 27 toneladas de pulpa estaban listas para su procesamiento. Más de mil cajas, decenas de bidones… una estructura industrial escondida bajo la apariencia de actividad alimentaria.
Hoy, todos los detenidos han pasado ya a disposición judicial en Alicante, Elda y Novelda. Y detrás queda una operación compleja, internacional y coordinada, que confirma que el narcotráfico no deja de reinventarse… ni siquiera usando algo tan aparentemente inofensivo como pulpa de fruta.



