Paga en efectivo en un bar de Madrid y cuando le dan el cambio se fija en un detalle por el que pone una reclamación: “Que dé la talla”

Ahora que estamos enfrentando el verano y, lo que parece ser, la primera ola de calor de esta temporada, lo que más nos apetece es estar refugiados del sol hasta que las temperaturas bajen. Y eso podemos hacerlo de varios modos, pero, especialmente, resguardados en un bar o restaurante.

Y es que es el lugar ideal, porque suelen tener aire acondicionado (o si estás en una terraza, suelen estar acondicionadas) y puedes tomarte un refrigerio y una bebida fresquita para hidratarte y pasar las altas horas de calor.

Eso sí, lo único “malo” que pueden tener es que hay que reservarlas o ir con antelación al lugar para asegurarte un sitio. Por eso, los locales suelen pedir que se haga con cierta premura para evitar disgustos.

Y es que si, al final, no puedes acudir a uno de esos bares que te resultaban tan apetecibles, tienes que buscar otro lugar en el que huir del calor. Esos lugares pueden ser, fácilmente, los centros comerciales, en donde también se está muy fresquito.

Esta historia tiene lugar, precisamente, en uno de esos lugares. Se enmarca en un centro comercial de Madrid, a donde fue un cliente. Él decidió meterse en un bar y el resto quedó para la anécdota.

Al devolverle el cambio se fija en un detalle

Cuando vas a un restaurante o a cualquier local, cuando te toca pagar, ¿cómo sueles hacerlo? Seguro que optas por el método más fácil y cómodo: pagar con tarjeta.

Sin embargo, muchas veces para que te cobren así tienes que tener un pago mínimo o, simplemente, no puedes pagar de esta forma. Por eso, siempre es recomendable andar con un poco de efectivo. Algo que, por cierto, nos demostró el gran apagón que tuvimos hace unos meses.

Pues bien, este cliente pagó con efectivo y, cuando le devolvieron el cambio, se fijó en un detalle por el que acabó poniendo una reclamación. Es una anécdota que ha recopilado la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero.

Esta persona contaba, en su reseña de Google en contra del restaurante, que había pagado en efectivo y que su problema llegó cuando le dieron el cambio. “Pagamos en efectivo y nos devolvió 30 céntimos en monedas de 1 céntimo, porque decía que no tenía cambio” empezaba contando.

“Tiene que saber actuar y dar la talla en su trabajo. Ese puesto se lo merece una persona que de verdad quiera trabajar” firmaba en la nota.

Enseguida eran muchos los usuarios que cargaban contra este cliente, ya que decían que el camarero sí tenía ganas de trabajar al haber juntado y contado todas esas monedas para darle el cambio.

Lo que se encuentra en la carretera y por lo que llama a la Guardia Civil

Alberto estaba circulando por la M-40 con su furgoneta, casi al amanecer, cuando, solo por la carretera, se dio cuenta de algo insólito. Parecía que había como un bulto, algo raro en el andén.

Así pues, se fue acercando y, aunque circulaba prácticamente solo, el hecho de no poder ver bien de qué se trataba, hizo que se detuviera inmediatamente.

Cogió su furgoneta y la dejó aparcada en el arcén. Salió para ver si lo que creían sus ojos era cierto y si había, de verdad, una persona ahí tumbada en medio de la carretera. Claro, de ser así, podría tener que llamar a las autoridades por si se encontraba muerto.

Lo que vio fue algo bastante diferente. “He parado el furgón porque he venido andando a ver si estaba vivo” comenzaba diciendo, para luego enfocar a la persona que había visto.

Era un joven con traje, en medio del arcén, totalmente tumbado y en un estado que parecía inconsciente. “Le han dejado aquí tirado, lleva una cuajada importante. Le he metido las piernas un poco para dentro” decía.

Porque claro, corría el riesgo de ser atropellado. “Estoy esperando a la Guardia Civil, porque como pare alguien por aquí se lo lleva puesto y está todo tronchado” decía.