El periodismo se blinda ante la inteligencia artificial: llegan las nuevas reglas éticas
El Col·legi de Periodistes de Catalunya impulsa un anexo en su código ético para regular su uso, exigiendo transparencia y supervisión humana para evitar la desinformación

¿Cómo debe usar el periodismo la IA?
Barcelona - Publicado el
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La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse y su impacto se extiende a todos los ámbitos profesionales, incluido el periodismo. Conscientes de los retos y oportunidades que plantea, el Col·legi de Periodistes de Catalunya ha decidido tomar cartas en el asunto. Durante su próximo congreso, que se celebrará los días 7 y 8, la entidad actualizará su código deontológico, un documento que no se modificaba desde hace nueve años, para incluir un anexo específico sobre el uso de la IA. Para abordar esta cuestión, el programa 'Herrera en COPE Cataluña', con José Miguel Cruz, ha contado con la participación de Enrique San Juan, director de la consultora digital Community de Internet y responsable del grupo de trabajo de inteligencia artificial del Col·legi, quien ha sido una de las figuras clave en la redacción de esta nueva normativa.
La responsabilidad periodística, innegociable
Uno de los pilares fundamentales del nuevo anexo es que la responsabilidad final sobre el contenido publicado recae siempre en el profesional, no en la tecnología. San Juan ha sido tajante al respecto: "El uso de la tecnología no te exime de tener una responsabilidad sobre lo que se está haciendo". Esta afirmación subraya la necesidad de que los periodistas mantengan en todo momento el control y la supervisión sobre las herramientas de IA. La inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, se nutre de una cantidad ingente de información disponible en internet, que puede contener datos correctos, pero también sesgos, imprecisiones e incluso contenido malintencionado. Por ello, la supervisión humana se convierte en un filtro indispensable para garantizar la veracidad y la calidad de la información.
El uso de la tecnología no exime de tener responsabilidad sobre lo que se está haciendo"
Esta nueva guía de estilo no prohíbe el uso de la IA, sino que la concibe como un "buen copiloto", en palabras de San Juan. La tecnología puede ser de gran ayuda en tareas de investigación, ciencia y periodismo de datos, agilizando procesos y permitiendo a los profesionales centrarse en el análisis y el contexto. Sin embargo, el decálogo establece que el periodista debe ser siempre el garante último de la información, aplicando su criterio ético y profesional por encima de cualquier automatismo que ofrezca el sistema.

criterio ético y profesional por encima de cualquier automatismo que ofrezca el sistema.
Transparencia para proteger al lector
Otro de los puntos clave de la propuesta es la transparencia hacia la audiencia. San Juan ha explicado que la nueva normativa europea, conocida como el Reglamento de la Inteligencia Artificial de la Unión Europea, ya obliga a las empresas e instituciones a ser claras sobre el uso significativo de la IA en sus materiales. El experto lo compara con las advertencias sobre alérgenos en los alimentos: es un deber informar al consumidor. "Una persona que absorba de forma inadvertida elementos generados con inteligencia artificial podría no indigestarse, pero sí transformar su idea de la realidad sin darse cuenta", ha advertido, destacando el riesgo de generar opiniones sesgadas de manera encubierta.
Una persona que absorba de forma inadvertida elementos generados con inteligencia artificial, podría no indigestarse, pero sí transformar su idea de la realidad"
Existe una preocupación en la profesión por la posible pérdida de autenticidad que pueda acarrear la IA. Sin embargo, San Juan ha matizado que no todos los contenidos informativos tienen el mismo nivel de sensibilidad. Tareas como la redacción de los resultados de los partidos de fútbol de tercera división, el estado de las playas o los resultados de la bolsa son fácilmente automatizables, ya que se basan en datos objetivos y no sujetos a interpretación. En estos casos, la IA puede liberar a los periodistas de un trabajo mecánico y repetitivo. La verdadera preocupación, ha señalado, reside en los artículos de opinión y en las informaciones que "modifican la percepción de la realidad", donde el criterio y el enfoque humano son insustituibles.
El inicio de una nueva era
Cuando se le pregunta por los límites de esta tecnología, Enrique San Juan ofrece una respuesta reveladora y abrumadora: "Estamos como al inicio del inicio del inicio de la etapa de internet". Para ilustrarlo, ha comparado el momento actual con los primeros días de YouTube, mucho antes de que Google lo comprara y lo convirtiera en el gigante que es hoy. Esta perspectiva subraya que nos encontramos en una fase muy temprana de desarrollo, y que el potencial completo de la IA está aún por descubrir. Precisamente por ello, es fundamental establecer unas bases éticas sólidas desde el principio.
El decálogo propuesto por el grupo de trabajo del Col·legi no solo aborda la responsabilidad y la transparencia, sino que también establece directrices para combatir la desinformación y los deep fakes, promover la no discriminación, prevenir los sesgos y garantizar los derechos de las personas. Además, hace especial hincapié en la necesidad de la formación continua de los periodistas para que puedan dominar estas herramientas de manera crítica y eficiente, una materia que, según San Juan, aún no está consolidada en las universidades. Por último, el anexo deja una puerta abierta al futuro, al estipular que sus principios deberían aplicarse a "futuras tecnologías que todavía no conocemos", sentando un precedente para los desafíos que están por venir.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



