¿Por qué lloramos al cortar cebolla y cómo podemos evitarlo?
Cortar cebolla es una de las tareas más cotidianas, pero presenta una dificultad añadida y es que es imposible evitar que se nos caigan las lágrimas.

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Barcelona - Publicado el
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Cortar Cebolla es una de las tareas más cotidianas que podemos hacer en la cocina, dada la multitud de recetas como guisos, salsas, sofritos o ensaladas, que podemos preparar. Es un alimentos básico y versátil y, aunque son fáciles de manipular, las cebollas presentan una dificultad al cortarlas y es que, en la mayoría de las ocasiones, es imposible evitar que se nos caigan las lágrimas.
Nos ponemos a cortar cebolla y automáticamente nos empiezan a escocer los ojos, se nos ponen rojos y comienzan a brotar lágrimas como si no hubiera un mañana. Una sensación que resulta muy molesta, no solo por el efecto directo que tiene sobre los ojos, sino también porque las lágrimas nos dificultan la visión y nos obligan a parar lo que estamos haciendo.
¿Por qué nos lloran los ojos?
Al cortar cebolla, dañamos sus células y se liberan diferentes compuestos que estaban contenidos en ellas: Compuestos azufrados y también unas enzimas, concretamente alinasa y sintasa de factor lacrimógeno, que desencadenan reacciones por las que dichos compuestos se transforman en sulfóxido de tiopropanal, que es el responsable de que nuestros ojos lloren.
Ese compuesto es volátil y llega hasta nuestros ojos -que están húmedos- de modo que reacciona con esa agua y se transforma en otros compuestos, entre ellos ácido sulfúrico. Este provoca irritación, por lo que nuestro cuerpo comienza a segregar lágrimas para tratar de limpiar los ojos y protegerlos.
¿CÓMO LO PODEMOS EVITAR?
Para tratar de evitarlo, se han propuesto mil métodos, algunos bastante rocambolescos y otros que pueden resultar más útiles: Un remedio eficaz para que las cebollas no nos hagan llorar es refrigerarlas o, incluso, congelarlas al menos una hora antes de cortarlas. Esto hará que disminuya la actividad de las alinasas y, por tanto, las cebollas desprendan menos gases lacrimógenos.
En ocasiones, además, el problema reside también en que no estamos utilizando los utensilios adecuados. Por ello, es recomendable usar un cuchillo muy afilado para hacer cortes más precisos y finos, lo que hará reducir el daño a la estructura de la cebolla y la liberación de los gases que podrían llegar a irritar nuestros ojos.
POR EL OLOR DE LAS CEBOLLAS, SABREMOS SI PICAN MÁS O MENOS
Pero no todas las cebollas son iguales ni causan la misma sensación. Esto depende de diferentes factores, aunque sin duda el que más influye es la variedad de cebolla: algunas variedades contienen cantidades considerables de compuestos azufrados, mientras que en otras las cantidades son mucho menores.
Podemos hacernos una idea por el olor. Por lo general, las cebollas que tienen un olor muy intenso y que pican mucho en la boca, contienen cantidades elevadas de esos compuestos azufrados, de modo que también es más probable que nos hagan llorar más. Mientras que, con otras cebollas más suaves, como las que se conocen como cebollas dulces, eso apenas nos ocurrirá.
Beneficios de la cebolla
Esta hortaliza contiene un aporte notable de hidratos de carbono, además de vitaminas y minerales como vitamina C, potasio, calcio y fósforo. Es un antioxidante natural con propiedades antinflamatorias y antialérgicas.
Otros de los aspectos que hacen de la cebolla un superalimento son sus compuestos azufrados que ayudan a prevenir la formación de trombos o el colesterol, sus propiedades diuréticas o su alto contenido en fructo-oligosacáridos que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal.
Por lo tanto, hablamos de un alimento saludable con beneficios nutricionales a destacar. Por ejemplo, es baja en calorías, rica en vitamina C, contiene vitamina B6 y folato (importantes para el metabolismo y la función cerebral) y aporta minerales como potasio, calcio y magnesio.