El final del verano: cuándo llega la nueva estación y cómo adaptarse a los cambios

El otoño trae días más cortos y rutinas distintas, y hay hábitos que ayudan a mantener el ánimo y la energía

El final del verano: cuándo llega la nueva estación y cómo adaptarse a los cambios

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El final del verano: cuándo llega la nueva estación y cómo adaptarse a los cambios

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Septiembre marca el punto y final del verano y abre paso a una nueva etapa. Los días se acortan, las temperaturas descienden y las rutinas vuelven a ocupar el centro de la vida diaria. Además de estos cambios visibles, el calendario nos recuerda dos citas importantes: la llegada del otoño y el cambio de hora

Cuándo empieza la nueva estación

El equinoccio de otoño tiene lugar entre el 22 y el 23 de septiembre. Es el momento en que el día y la noche tienen prácticamente la misma duración y, a partir de ahí, la oscuridad gana terreno a la luz. Este fenómeno marca oficialmente el inicio del otoño en el hemisferio norte, una estación de transición que prepara el camino hacia el invierno y que a menudo se asocia a cierta nostalgia por el final del verano.

El cambio de hora

La segunda fecha clave del otoño es el último domingo de octubre, cuando los relojes se retrasan una hora. Esto significa que a las tres de la madrugada volverán a ser las dos, y desde entonces anochecerá más temprano. Aunque la medida permite aprovechar mejor la luz natural por la mañana, también obliga a que el cuerpo y la mente se adapten a una nueva distribución del tiempo. Este ajuste puede afectar al sueño, la energía y hasta al estado de ánimo.

Por qué cuesta adaptarse

Los ritmos circadianos, que regulan el sueño y la vigilia, están muy ligados a la luz solar. Cuando esta disminuye, el cerebro produce más melatonina, una hormona que favorece el sueño y puede generar sensación de cansancio. Además, los días más cortos suelen implicar menos actividades al aire libre, lo que también influye en la motivación y en la percepción de bienestar.

Cómo llevar mejor los cambios

Aunque el final del verano puede generar cierto bajón, hay estrategias sencillas que ayudan a mantener el equilibrio emocional:

  • Exponerse a la luz natural: salir a caminar por la mañana o aprovechar las horas de sol ayuda a sincronizar el reloj interno y a mantener la energía.
  • Mantener rutinas estables: acostarse y levantarse a la misma hora reduce los efectos del cambio horario.
  • Hacer actividad física: el ejercicio regular aumenta los niveles de endorfinas, que contribuyen a mejorar el ánimo.
  • Cuidar la alimentación: incorporar frutas y verduras de temporada aporta vitaminas y minerales que refuerzan las defensas y ayudan a combatir el cansancio.
  • Dedicar tiempo a actividades agradables: leer, escuchar música, cocinar o practicar hobbies personales son recursos que generan bienestar psicológico.
  • Un momento para reinventarse

    El otoño no solo significa días más cortos, sino también nuevas oportunidades. Es una estación que invita a la calma y a marcarse nuevos objetivos. Retomar la rutina puede vivirse como una carga o como una ocasión para reorganizar prioridades y establecer hábitos más saludables.

    La importancia de la actitud

    Aceptar que los cambios forman parte del ciclo natural ayuda a vivirlos con más serenidad. Ver el otoño como una etapa para disfrutar de nuevos colores, de alimentos de temporada y de espacios de recogimiento transforma la percepción y convierte estos meses en un tiempo enriquecedor.

    Con el final del verano, la llegada del otoño y el cambio de hora, lo esencial es encontrar el equilibrio. Cuidar el descanso, buscar momentos de luz y reservar espacios para el disfrute personal puede marcar la diferencia y hacer que la transición hacia la nueva estación sea mucho más llevadera.

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