Cuenta atrás para que el Club de Mar Sitges entregue las llaves de su entidad al Ministerio y se aboque a su desaparición, según el club

El lunes 20 de octubre es la fecha programada para el cese de la actividad, y el club denuncia que se vulnera el derecho a la propiedad

Entrada del Club de Mar Sitges, construido en 1952, y ahora en peligro por la Ley de Costas
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Sergi Tor

Lleida - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

5 días de incertidumbre por el Club de Mar Sitges. Este lunes, 20 de octubre, es la fecha programada por el Gobierno, para la entrega de las llaves de la entidad, - que según el club significará  el cese de la actividad -, en cumplimiento de la Ley de Costas, que obliga a las instalaciones costeras a no superar los 300 metros cuadrados en dominio público con una licencia máxima de 30 años. 

El derribo ya estaba programado para el 2 de junio, y un recurso en el Tribunal Superior de Catalunya lo paralizó. Ahora, el Ministerio de Transición Ecológica reclama al club las claves de la entidad para este lunes. La petición del Ministerio habla de desalojar el edificio,  y ahora evita la acción de derribar el edificio, como se hizo en el requerimiento anterior.

¿Dónde está el problema? El Club de Mar Sitges, se hizo en 1952, y entró por  sus metros cuadrados y los 30 años de licencia, en los requisitos de la Ley de Costas para su derribo.

 Hace 3 años, los antiguos clubs náuticos de Cabrera de Mar, y el de Pineda de Mar cerraron por esta ley. de Costas, creada en 1988 y modificada en 2014,  que pretende proteger el litoral marítimo, ante el desarrollo urbanístico desaforado a mediados del siglo pasado en el litoral mediterráneo.

Y ahí está, la primera controversia jurídica. Para Gemma Marcé, presidenta del Club de Mar Sitges en MEDIODÍA COPE, el derecho de propiedad queda vulnerado por una ley que considera obsoleta, que no tiene en cuenta la excepcionalidad, "es una ley obsoleta, que no tiene en cuanta el patrimonio, esto es algo muy grave, porque es un delito contra el patrimonio", expone la presidenta el club náutico.

"Yo estoy de acuerdo en actuar contra las edificaciones que se han hecho después de la ley, pero las anteriores y que guardan un patrimonio cultural y deportivo, tendrían que ser una excepcionalidad", afirma Gemma Marcé, la cual considera que la ley es muy rígida, y no prevé usos actuales.

La presidenta de la entidad, Gemma Marcé, asegura que «el Club de Mar no es solo un espacio deportivo. Es memoria, es cultura, es identidad y es pueblo. No permitiremos que se haga desaparecer una institución que forma parte de Sitges desde hace décadas».

 El Club de Mar Sitges dispone ahora de 550 socios y 35 trabajadores, y Gemma Marcé alerta de que si el lunes deben devolver las llaves, la actividad cesará y el club tendrá que cerrar," ¿dónde iremos?, se pregunta la máxima responsable del club, que razona" nosotros no tenemos un plan B, somos un club de vela, tenemos que estar cerca del mar. Si cerramos, será para siempre, y esto se perderá, es dramático".

La solución del club, para esquivar la ley de costas y el cierre y derribo de sus actuales instalaciones, es ser declarado Bien Cultural de Interés General(BEIN). En la actualidad el edificio está clasificado como Bien Cultural de Interés Local, pero esta categoría no es suficiente ante la Ley de Costas de aplicación nacional.

 Es la  Generalitat es quien puede reconocer esta categoría protectora, (BEIN), a todos los clubes náuticos federados que hay en los 600 kilómetros de playa de la Costa Dorada, Costa Brava y Litoral de Tarragona, donde se dan clases de vela, regatas, natación o paddle surf.  

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