Cornellà también eliminará los pisos turísticos en 2028

El consistorio ha anunciado que no renovará ninguna de las licencias vigentes y modificará el plan urbanístico para blindar el uso residencial

Exterior del Ayuntamiento de Cornellà

Exterior del Ayuntamiento de Cornellà

Carlos Losada

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

El Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat ha dado un paso definitivo en la regulación de los alojamientos turísticos dentro de su término municipal. El consistorio ha comunicado este lunes su decisión de no renovar ninguna de las licencias de viviendas de uso turístico (HUT) actualmente vigentes a partir del año 2028. Esta medida se suma y refuerza la prohibición de otorgar nuevos permisos, una moratoria que se inició en el año 2023 y que ahora se ve complementada con una fecha de finalización para los ya existentes.

Actualmente, la ciudad de Cornellà cuenta con un total de 88 pisos turísticos que operan de forma legalizada, según los datos facilitados por el propio Ayuntamiento. Con la nueva normativa, todos estos permisos decaerán automáticamente una vez llegue la fecha límite establecida en 2028, sin posibilidad alguna de renovación. Esta acción supone, en la práctica, la desaparición programada de este modelo de alojamiento en el municipio, con el objetivo de devolver estas propiedades al mercado de la vivienda convencional.

Piso

Un cartel en un balcón contra los pisos turísticos en Catalunya

Un nuevo plan para proteger la vivienda

De manera paralela a esta drástica decisión administrativa, el consistorio ha puesto en marcha los mecanismos para una modificación del planeamiento urbanístico vigente. El principal propósito de este cambio es hacer prevalecer el uso residencial de los inmuebles por encima de cualquier otro. El gobierno municipal busca con ello consolidar un modelo de ciudad donde el derecho a la vivienda sea el eje central de sus políticas urbanísticas, limitando la proliferación de alojamientos temporales que tensionan el mercado.

Esta modificación del Plan General Metropolitano (PGM) en el ámbito de Cornellà no solo afectará a los pisos turísticos. La regulación también servirá para acotar y redefinir las posibles ubicaciones y condiciones para otros tipos de alojamientos, como los albergs juvenils (albergues juveniles) o aquellos espacios destinados a la comunidad educativa. Se trata, por tanto, de una reorganización completa de los usos no residenciales para garantizar un equilibrio sostenible en el tejido urbano de la ciudad.

La justificación del consistorio es clara y contundente. En un comunicado oficial, el Ayuntamiento ha recalcado que la ciudad ya dispone de una oferta de alojamientos suficiente para dar una respuesta adecuada a la demanda de los visitantes y turistas. Por ello, consideran que no es necesario expandir la planta de pisos turísticos, sino proteger el parque de viviendas para los residentes locales. El objetivo final, señalan, es "garantizar que los pisos de la ciudad se destinen principalmente a vivir, y no a otras finalidades".

Carteles contra los pisos turísticos

Carteles contra los pisos turísticos

Una respuesta a la creciente presión turística

La medida adoptada por Cornellà se enmarca en un contexto metropolitano de creciente presión turística sobre el mercado inmobiliario. La proximidad a Barcelona y la buena conexión con la capital catalana han convertido a municipios como Cornellà en un foco de interés para la implantación de pisos turísticos, lo que a su vez ha generado un aumento de los precios del alquiler y una mayor dificultad para el acceso a la vivienda por parte de los vecinos.

Con la desaparición de los 88 HUTs en 2028, el Ayuntamiento espera liberar un volumen significativo de inmuebles que podrán ser reintroducidos en el mercado de alquiler de larga duración o de compraventa para residentes. Esta política se alinea con las reclamaciones de asociaciones vecinales que llevan años alertando sobre el impacto de la turistificación en los barrios y la necesidad de proteger la función social de la vivienda.

De este modo, Cornellà de Llobregat se posiciona como uno de los municipios pioneros en el área de Barcelona en tomar medidas tan restrictivas contra la expansión de las viviendas de uso turísitico. La combinación de una moratoria de nuevas licencias con la no renovación de las existentes constituye una estrategia de choque con la que el consistorio busca asegurar un futuro donde el acceso a la vivienda sea una prioridad garantizada para sus ciudadanos, enviando un mensaje claro sobre su modelo de desarrollo urbano.

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