Los peores días y horas para ir al supermercado (y cómo evitan que ahorres)
Ir al supermercado un viernes por la tarde o un sábado puede ser un auténtico suplicio: pasillos abarrotados, colas interminables y menos productos disponibles. Además, justo en esos momentos los trucos de márquetin hacen que gastes más de lo que pensabas. Descubre cuáles son los peores días y horarios para comprar y cómo esquivar esas trampas.

Aunque no lo parezca, hay días en lo que no es aconsejable ir de compras al supermercado
Barcelona - Publicado el
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Ir al supermercado parece una tarea rutinaria, pero cualquiera que haya ido en el momento equivocado sabe que puede convertirse en una experiencia estresante. Colas interminables, pasillos saturados y productos agotados son parte del panorama en determinados días y horas. Además, mientras sorteamos a la multitud, hay un factor silencioso que influye en lo que metemos en el carrito: el márquetin.
Uno de los peores momentos para ir a comprar es el viernes por la tarde. Después de la jornada laboral.
El viernes por la tarde, un caos anunciado
Uno de los peores momentos para ir a comprar es el viernes por la tarde. Después de la jornada laboral, son muchos los que se acercan al supermercado para llenar la nevera de cara al fin de semana. La consecuencia es un espacio abarrotado, estanterías medio vacías y una experiencia que, más que compra, parece una batalla campal. Los precios en sí no cambian demasiado, pero la sensación de prisa y el agotamiento del final de la semana hacen que se compren más productos de impulso.

El sábado se lleva la palma como el peor día para ir al supermercado.
El sábado, el rey de las colas
El sábado se lleva la palma como el peor día para ir al supermercado. La mayoría de familias aprovecha ese momento libre para hacer la compra grande de la semana, lo que significa pasillos saturados, carros que chocan entre sí y largas esperas en caja. El problema no es solo la cantidad de gente, sino también la menor disponibilidad de algunos productos frescos, que se reponen menos al llegar el fin de semana. Ir en esas condiciones puede hacer que termines gastando más simplemente por no tener paciencia para comparar precios o marcas.
Horas punta que conviene esquivar
Más allá de los días, hay horarios especialmente conflictivos. La franja entre las siete y las nueve de la tarde es uno de los peores momentos para acercarse al supermercado, sobre todo entre semana. Es cuando coinciden los trabajadores que salen de la oficina y quienes aprovechan a última hora para comprar algo para la cena. Las colas se alargan y el ambiente se vuelve mucho más incómodo.
La franja entre las siete y las nueve de la tarde es uno de los peores momentos para acercarse al supermercado.
También los domingos por la mañana, en aquellas zonas donde los supermercados abren, suelen ser problemáticos. Aunque las tiendas intentan atraer clientes con ofertas, el resultado es un aglomerado de gente que busca aprovechar esas últimas horas antes del cierre.

En jornadas de gran saturación, es más probable que el consumidor ceda a la compra impulsiva.
Los precios y la psicología del consumidor
En cuanto a precios, no suele haber grandes subidas en estos días de más afluencia, pero sí se nota un mayor impacto del márquetin. En jornadas de gran saturación, es más probable que el consumidor ceda a la compra impulsiva. Los productos que están a la altura de los ojos, los snacks colocados junto a las cajas o las promociones con carteles llamativos cumplen precisamente ese objetivo: captar al comprador cansado o con prisa, que no se detiene a buscar alternativas más baratas en los estantes inferiores o superiores.
Además, los supermercados suelen aprovechar los momentos de más tráfico para reforzar la visibilidad de las marcas propias, colocándolas en zonas estratégicas que dificultan la comparación directa con otras opciones. De esta manera, aunque el cliente no gaste más dinero en general, sí lo destina a productos que dejan más margen de beneficio a la cadena.
El arte de elegir el momento
La experiencia demuestra que, más allá de lo que paguemos, el momento en que vamos al supermercado determina cómo compramos. Entrar un viernes por la tarde o un sábado al mediodía multiplica las posibilidades de acabar comprando más de lo previsto, simplemente porque el cansancio y el entorno saturado nos llevan a elegir lo primero que tenemos delante. Conocer estos patrones y los trucos de márquetin que los supermercados utilizan ayuda a tener más control sobre nuestra cesta.
Evitar los días y horas más conflictivos no solo ahorra tiempo, sino que permite comprar con calma y comparar precios. Y aunque el supermercado está diseñado para influir en nuestras decisiones, saberlo es el primer paso para resistirse.