Pide la cuenta en un bar de Barcelona y tiene un problema para pagar cada vez más habitual en España: "Llama a tus amigos"

Un local de la ciudad catalana denuncia en un vídeo en redes sociales la situación que se encuentran muchas veces que acuden grupos a consumir

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Cuenta de un bar español

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

La escena, grabada y compartida en TikTok por la cuenta @anubis.barcelona, podría ser la de cualquier bar español: un cliente pide pagar solo su consumición (una Coca-Cola) en una mesa de doce personas, y la camarera, con gesto resignado, accede. Minutos después, otro comensal intenta abonar "su parte" y se encuentra con que faltan 52 euros en la caja. "Llama a tus amigos", le espeta la trabajadora, antes de proponerle una solución drástica: limpiar la terraza a cambio de cubrir la deuda.

El vídeo, que supera el medio millón de reproducciones, ejemplifica un conflicto cada vez más frecuente en la hostelería española: la negativa de los establecimientos a dividir cuentas en grupo, una práctica que genera roces entre clientes y profesionales, y que asociaciones como FACUA o la OCU sitúan en un vacío legal.

El caos de las cuentas separadas: eficiencia frente a derechos

El problema no es nuevo, pero se ha agudizado en los últimos meses. Cada vez más bares y restaurantes en España, especialmente en zonas turísticas como Barcelona, Málaga o Madrid, imponen la norma de "una mesa, un pago". Los motivos, según los hosteleros, son operativos: dividir facturas entre múltiples comensales ralentiza el servicio, multiplica los errores en caja, en casos como el del vídeo deriva en impagos. "Es súper complicado gestionar diez tarjetas distintas, sobre todo en horas punta. Al final, o la caja descuadra o alguien se va sin pagar", explica un camarero de un local barcelonés a este medio.

Desde un punto de vista legal, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aclara que no existe ninguna normativa que obligue a los establecimientos a fraccionar la cuenta, pero tampoco que lo prohíba. "La clave está en la transparencia: si el local informa de su política antes de servir, puede exigir un pago único. Si no lo hace, el cliente tiene derecho a reclamar", señala Enrique García, portavoz de la OCU. En el caso del vídeo, al no haber un cartel visible ni aviso previo, la consumidora podría haberse negado a asumir la deuda ajena.

Suplementos, limpieza y "contratos tácitos"

La situación se complica cuando, como en el vídeo, los comensales no solo se niegan a pagar en grupo, sino que discrepan sobre lo consumido. "Faltan 52 €", insiste la camarera, evidenciando otro problema recurrente: la falta de control en mesas grandes con platos compartidos. Algunos locales han optado por medidas más drásticas, como cobrar suplementos por dividir la cuenta, entre 1 y 3 euros por pago adicional, algo legal si se informa previamente. "Es como un contrato: si al sentarte te avisan y te quedas, lo aceptas", explica el abogado Xavi Abat, conocido en redes por analizar estos casos.

Pero la propuesta de la trabajadora, limpiar la terraza a cambio de cubrir la deuda, abre otro debate. FACUA advierte de que ningún establecimiento puede obligar a un cliente a realizar trabajos forzosos: "Si hay un impago, debe gestionarse mediante una reclamación formal, no con coacciones", subraya Rubén Sánchez, portavoz de la asociación. El vídeo, no obstante, refleja la frustración de un sector al límite: "Nosotros no somos bancos para adelantar pagos ni policías para perseguir a quien se escabulle", lamenta una hostelera de Gracia.

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Cuenta de un bar, imagen de archivo

De la barra a Bizum: cómo evitar el conflicto

Ante la creciente tensión, las asociaciones de consumidores recomiendan pactar las condiciones antes de pedir. "Si el local no avisa, pregunta. Si no te convence, busca otro", aconseja la OCU.

Muchos grupos optan ya por designar un "pagador oficial" que abona el total y luego redistribuye el coste vía Bizum o apps como Tricount, una solución que evita roces pero no siempre es viable para turistas o personas sin cuenta bancaria.

Mientras, el vídeo de @anubis.barcelona sigue acumulado comentarios divididos: "¿Por qué tengo que pagar los mojitos de otro?", critica un usuario; "Si no quieres problemas, pide la cuenta individual en la barra", replica otro. La discusión, en cualquier caso, evidencia que el acto cotidiano de pagar en grupo se ha convertido en un campo de batalla entre la comodidad del cliente y la supervivencia de la hostelería. Y en medio, camareros como la del vídeo, que acaban pidiendo, literalmente, que alguien recoja los platos.

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