Rotar o morir en la orilla

No hay otra. O rotas, o das descansos o el riesgo de que te fallen las piernas en el tramo final de la temporada es elevadísimo. Los jugadores llevan mucha carga de minutos. Flick ha tirado mucho de la primera unidad para llegar al mes de Abril bien posicionado para atacar todos los títulos. Pero ahora se ha dado cuenta de que toca aflojar, de que toca gestionar los minutos porque el equipo ha dado síntomas de cansancio en los últimos partidos. Su última actuación exhuberante fue frente al Borussia Dortmund en la ida de los cuartos de final de la Champions, 4-0. A partir de ahí les costó para sacar el partido en Leganés, derrota en Alemania en la vuelta y tuvo que tirar de épica para remontar frente al Celta en Montjuïc. Por eso ayer Flick rotó a medio equipo. Del once inicial que salió contra el Mallorca sólo cuatro o cinco jugarían si la final de la Champions fuera mañana.

Llamó la atención en particular ver en la hoja de alineaciones a Ansu Fati y a Héctor Fort. Los dos habían mostrado públicamente su disconformidad con la decisión de Flick de no darles minutos frente al Celta. Al técnico alemán no le gustó y sus declaraciones en la previa sonaron más a reprimenda que a otra cosa. Flick entiende que estén decepcionados con la situación pero no que lo ventilen y que pueda parecer que les pesan más sus intereses personales que el bien colectivo. Cuando todo apuntaba que seguirían chupando banquillo, va y los pone de inicio. Maniobra discutible porque otros jugadores en situación similar como Pablo Torre o Pau Víctor pueden pensar que hay que quejarse para tener oportunidades. Pero por otro lado la maniobra le aseguraba a Flick un win-win. Si Ansu y Fort están bien los suma a la causa. Y si están mal se carga de argumentos para no ponerlos más. Estuvieron los dos más que correctos.

Los que estuvieron mejor fueron Pedri, una vez más la luz del equipo, Yamal, que decidió hacia la media hora de partido que había que cambiar de ritmo o se podía complicar la cosa, y Dani Olmo, que decantó el choque con su gol en una maniobra dentro del área marca de la casa. Es el debate que se viene. Quién debe jugar de nueve en la final de copa ante la ausencia de Lewandowski: Olmo o Ferran. Ferran está cumpliendo con creces y es el máximo goleador del equipo en esa competición. Pero es que Olmo de falso nueve te da mucho. Te da asociación, movilidad, llegada y también gol. Flick decide.