Un 42,7% de los establecimientos catalanes afirman haber sido afectados por la crisis sanitaria durante el segundo trimestre de este año, lo que supone un 12,6% menos que en el trimestre anterior.

Estos son los resultados de la 'Encuesta de clima empresarial' realizada por el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), que especifica que el sector de la hostelería es el que cuenta con más establecimientos afectados, con un 90%, mientras que la construcción y la industria son los menos afectados, con un 25,1% y un 37%, respectivamente.

Un 44% de los establecimientos no prevé recuperar la facturación previa a la crisis sanitaria durante el próximo año --lo que supone una mejoría de 5,9 puntos y en el caso de la hostelería llega a disminuir 27,3 puntos-- y el 14,7% "ven difícil recuperar el nivel habitual de facturación o creen que no lo recuperarán y tendrán que cerrar".

LOS EFECTOS

La encuesta también recoge que la disminución de la afectación "ha ido acompañada de una mejora en la mayoría de indicadores relacionados": el mayor efecto generado por la pandemia es la disminución de la facturación, que golpea a un 77,3% de los encuestados; seguido por un aumento de la complejidad de procesos por los protocolos higiénicos (67,6%) y el impacto sobre la ocupación (45,5%).

Destaca que la dificultad de disponer de aprovisionamientos y los problemas de liquidez son los dos únicos indicadores que han empeorado respecto al trimestre anterior, con un aumento de 7,2 y 1,4 puntos respectivamente.

CONTRATACIÓN

El 53,8% de los establecimientos "no ha tenido ninguna dificultad en contratar personal en los últimos tres años", y más del 80% valora como "mucho o bastante importante" las competencias transversales, la experiencia profesional y las competencias sociales y cognitivas, mientras que la formación académica se sitúa en el 72,8%.

Entre los contratados recién graduados, los establecimientos consideran que "tendrían que mejorar" la formación práctica, las competencias cognitivas y las capacidades transversales entre otros, mientras que declaran que los nuevos empleados tienen "menos carencias" en la formación teórica, las competencias tecnológicas o la capacidad de aprendizaje y autoaprendizaje, entre otros.