La nueva UCI está equipada con la tecnología más avanzada. Todo se rige bajo un programa que integra todos los datos, tanto clínicos como de seguridad del paciente. Con la apertura de la unidad, se le facilita el trabajo a los médicos para tomar decisiones más eficaces y seguras. Cada box está preparado para hacer frente a cualquier alteración grave del paciente. Una luz de color azul, posicionada delante de cada habitación, avisará de dónde proviene la urgencia. De este modo se abrirán las puertas automáticamente a la vez que se proporcionará una iluminación óptima para facilitar el trabajo de los doctores. 

La unidad de cuidados intensivos trabaja con un programa pionero en España, el Smart Display, que permite generar información para la toma de decisiones. El programa también recoge datos para orientar el mejor tratamiento para el paciente. Toda esta información se trasladará en tiempo real al Área de Control para actuar con mayor agilidaz. 

El espacio, de 3.500 metros cuadrados, acoge 56 boxes, distribuidos en tres sectores, cada uno con su área de control. Las camas también están conectadas al programa inteligente, donde se analizan todos los datos del paciente ya sea el peso, la posición, o los movimientos que hace. El proyecto ha costado cerca de los 20 millones de euros y prevé atender a unos 2.200 pacientes al año.