La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, ha defendido el adelanto del toque de queda a las 20:00 horas que ha suspendido cautelarmente este martes el Tribunal Supremo.

En su comparecencia habitual de los martes, en la que informa sobre la evolución de la pandemia del COVID-19, Casado ha respondido con un escueto “ahí están los datos” al ser preguntada sobre si, un mes después desde su implantación, el Gobierno autonómico da por amortizada esta medida, recurrida por el Gobierno de España.

Casado ha situado a Castilla y León como la décima comunidad autónoma por orden de restricciones. “No somos los que más hemos cerrado”, ha explicado en alusión a la clausura de la actividad comercial que, únicamente, ha afectado a la restauración, a los centros deportivos y comerciales. “Y sin embargo”, ha proseguido, “una serie de medidas que sí se han puesto en marcha, como esta, han hecho que fuéramos a la misma velocidad de decrecimiento que de crecimiento de la incidencia acumulada”.

A fecha 15 de enero, día en que la Junta anunció el adelanto de la hora de inicio del toque de queda, la incidencia acumulada a 14 días en el conjunto de Castilla y León era de 804 casos por 100.000 habitantes. A fecha 16 de febrero, exactamente un mes después de su entrada en vigor, la incidencia ha bajado a 464 casos por 100.000 habitantes según los datos que diariamente actualiza el Gobierno autonómico.

En la provincia de Valladolid, en ese mismo período de tiempo, la incidencia acumulada a 14 días ha pasado de superar los 900 casos por 100.000 habitantes a situarse por debajo de los 375. Esa incidencia es aún menor a siete días, donde el nivel de riesgo ha bajado de "muy alto" a "alto" al haberse diagnosticado 123 casos por 100.000 habitantes.