"En el campo aún cuesta que hablen contigo si eres mujer", una joven ganadera reivindica el papel femenino en el mundo rural
Instalada en Tamariz de Campos, Valladolid, Ainara asegura que la falta de relevo generacional y la excesiva burocracia amenazan la continuidad del sector

Entrevista a Ainara, joven ganadera de Tamariz de Campos
Valladolid - Publicado el
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Desde abril de 2021, esta joven ganadera vallisoletana decidió dar un giro a su vida y dedicarse por completo al cuidado de ovejas. Lo hizo, cuenta, "buscando una mejor calidad de vida" tras ser madre y aprovechar la antigua nave que su suegro tenía acondicionada para ganado. Hoy, junto a su marido y un trabajador, gestiona una explotación con más de 560 ovejas, además de diez hectáreas de terreno destinadas a su alimentación.
"Sabíamos que era un camino complicado, pero decidimos liarnos la manta a la cabeza", cuenta entre risas. La decisión, fruto de buscar una mejora en la conciliación familiar, se ha convertido en un proyecto vital que junta sacrificio, esfuerzo y pasión por el campo.

Sin embargo, la realidad de ser mujer en el mundo rural no siempre es sencillo. "Cuándo empecé, muchos comerciales querían hablar con mi marido, no conmigo. Les decía que era yo la que llevaba las cosas. A la gente le sorprende ver a una mujer al frente de una explotación ganadera", lamenta. Aun así, destaca que en los últimos años "esa rareza se va disipando" y que en su pueblo ya no resulta extraño ver a mujeres conduciendo tractores o gestionando explotaciones.
A los prejuicios iniciales se suma la pesada carga de la burocracia. "Cada día te piden papeles para todo. Es una locura. Hay que triplicar la información, tanto en formato digital como en papel, y eso quita muchísimo tiempo", reconoce. Pese a todo, también agradece las ayudas por incorporación de jóvenes y mujeres han sido un impulso muy importante. "Me parece bien ya que es una forma de incentivar y ayudar a que esto no se pierda"
"Es un trabajo duro, sin días libres ni vacaciones"
Ganadera de Tamariz de Campos (Valladolid)
En cambio, el mayor problema que ve es la falta de relevo generacional. "No hay relevo ni de hombres ni de mujeres. Los hijos de ganaderos no quieren seguir. Es un trabajo duro, sin días libres, sin vacaciones. Si no tienes a alguien de confianza, no puedes parar nunca", explica preocupada.
Con la esperanza de que el campo se modernice y que la sociedad valore más el trabajo que hay detrás, Ainara continúa apostando por el mundo rural. "Poco a poco las cosas cambian, pero aún queda mucho por hacer para que la mujer sea vista con la misma normalidad que un hombre en el campo"