El impacto del COVID-19 se ha dejado notar también en las aulas. Han pasado dos meses y los pupitres continúan vacíos y las pizarras en blanco. Un escenario incierto que ha supuesto un auténtico desafío para la comunidad educativa y para los propios alumnos. La enseñanza telemática ha sido el recurso explotado por la mayor parte de los centros educativos, pero algunos de ellos ya partían de una brecha digital que ahora se ha convertido en un abismo. Es el caso del CEIP Cristóbal Colón del popular barrio de Pajarillos, Valladolid. Sus 200 alumnos, la mayoría de etnia gitana y árabe, solo disponían de ocho ordenadores para realizar la inmersión digital. Ahora desde casas, algunas de no más de 40 metros cuadrados, y que en el mejor de los casos disponen de un teléfono móvil para compartir entre varios hermanos. Una dura realidad que hace necesario replantearse y adaptar la educación para que nadie se quede atrás.

Este tiempo de clausura de los centros educativos ha supuesto para este grupo de alumnos una evidente ruptura social. “La brecha digital supone una ampliación de las desigualdades sociales a una velocidad increíble”, ha explicado a COPE el director del centro educativo, Alberto Rodríguez, 'Bertoni'. Considera que se retrocede en el proceso de inclusión, dado que hay una mayor “fractura social” con diferencias entre “ricos y pobres”.

Este centro de referencia con solo dos alumnos payos, el 60 por ciento de etnia gitana y el 30, árabe, sabe bien lo que es trabajar en la convivencia y la tolerancia. “La mayoría de las familias se encuentran en situación de exclusión. Son personas que trabajan de forma no estable, subsistiendo como temporeros, mercadillos, situaciones muy complicadas, muchos dependen de ayudas sociales”, lamenta el propio 'Bertoni'.

Retos con rostros conocidos

A pesar de las dificultades, la comunidad educativa del Cristóbal Colón le ha echado imaginación y “con cariño” se ha adaptado a la nueva realidad. Se apoyan en rostros conocidos como elChef Peña o el humorista J.J. Vaquero. Estos les proponen retos y los alumnos, con sus medios, deben resolverlos. Retos lingüísticos como contar un chiste con palabras homónimas. Reto de geografía: ¿Dónde está Túnez, qué idioma hablan? Y retos para relajarse y concentrarse como llevar una galleta desde la frente hasta la boca sin tocarla. Los lunes no les faltan recetas sencillas para hacer en casa y disfrutarlas en familia.

Se fomentan además las rutinas de pensamiento con el objetivo de reflexionar y concienciar sobre valores. “Les mandamos unas fotos actuales para que vean, piensen y se pregunten”. Es fomentar el pensamiento crítico y ahí es importante la labor de las familias.

Reeducar

Un contexto de ruptura social y con una huella emocional imborrable que invita a repensar la educación a medio plazo en este centro educativo. 'Bertoni' ha explicado que habrá que dejar “aparcado” la parte académica “porque estas criaturas vendrán con desequilibrios y con desajustes fuertes de lo que están viviendo”. “Esta crisis permitirá dar más importancia a los maestros y lo que suponemos en sus vidas”, explica.

'Bertoni' tiene claro que hay que cuidar al compañero, el planeta, la ciudad, ser más conscientes de la realidad que está pasando. Solidaridad, sostenibilidad, respeto, convivencia, serán, a su juicio, los hilos conductores de la nueva educación.