Ana, acompañante de enfermos: “La eutanasia la verbalizan cuando se sienten una carga o abandonados"
La coordinadora del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa del Clínico de Valladolid reclama más medios para encarar “con dignidad” el final de la vida

Ana, acompañante de enfermos: “La eutanasia se verbaliza cuando se sienten una carga o abandonados"
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“Cuando la persona está acompañada de modo incondicional no quiere la eutanasia, ni la pide”. La experiencia de Ana Caramanzana, coordinadora del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, le lleva a afirmar que es en el momento en el que se siente “abandonado” o “una carga insoportable para los demás” cuando el enfermo verbaliza esta posibilidad.
Ese sentimiento sí es “indigno” en opinión de Ana, para quien la ley que pretende despenalizar la eutanasia “oscurece el valor de la vida” y “roba” a las personas “la posibilidad de vivir los últimos días de su vida de un modo "muy intenso”.
El acompañamiento a enfermos terminales y a sus familiares “no es algo que hagamos a diario”. A Ana se le viene a la cabeza un caso muy reciente. Fue requerida para prestar apoyo “emocional y espiritual” a un paciente oncológico. Una experiencia “impresionante”, asegura. Él pudo expresar sus “miedos” y “angustias”. “Quizá, si cabe, con más libertad que delante de sus seres queridos”, apunta. Y su familia también pudo “descargar sentimientos que no siempre son capaces de expresar”. El paciente, finalmente, optó por la sedación que había avalado su médico. Pero esa labor de acompañamiento propició que pudiera despedirse de sus familiares “de un modo tranquilo y sereno”.
Reconoce Ana que este proceso, de reconciliación con uno mismo y con la enfermedad, lleva tiempo. En parte por una concepción “muy materialista” de la vida, donde el concepto “servir” guarda una relación directa con la capacidad del individuo para “hacer cosas”. “Ellos desde su cama mueven el mundo”, afirma Ana repitiendo las palabras que empleó recientemente con un enfermo. “Cuando una persona es capaz de aceptar esta situación”, asegura, “ocurren situaciones que son enriquecedoras y que ayudan después también a la familia a vivir mejor su duelo”.
Falta de medios y ayudas
Para la coordinadora del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa del Clínico es urgente incrementar los apoyos a personas en esta situación. Como alternativa a la ley de la eutanasia plantea una ley que permita encarar “con dignidad” el final de la vida. Lo que implicaría “medios materiales” y “ayuda económica”, que “en muchos casos” escasean.
Pone como ejemplo Alemania. Y lo toma por experiencia propia. “Acaba de fallecer una persona en mi familia”, confiesa a COPE. Y el Gobierno alemán “se hizo cargo del 70 por ciento de los gastos” derivados de sus cuidados físicos y emocionales hasta su muerte.
“Creo que los gobiernos deberían implicarse más en la atención a los enfermos y a sus cuidadores hasta el final”, concluye.



