Para en un bar de carretera de Segovia, compra una botella de agua y en lo que se fija hace que la dueña le impida enseñarlo y grabar

Le ha pasado a un usuario que contaba su peripecia en TikTok, y eran muchos los comentarios que afeaban la actitud del local de carretera

Área de servicio

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Área de servicio

Ana Rumí

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4 min lectura

Llegan los días, quizá, más esperados del año y por los que trabajamos durante toda la temporada. Se trata, ya lo sabes, de las vacaciones de verano. Esos días (o semanas, en muchos casos) que tenemos libres para hacer lo que queramos.

Normalmente, hacemos viajes, visitamos museos o, simplemente, nos dedicamos a estar tranquilos y disfrutar de la playa y la piscina. Sea como sea, son días en los que se premia el no tener estímulos laborales y la oportunidad de desestresarse.

Por supuesto, lo que sí solemos hacer los españoles es viajar y conocer nuevos lugares o ir a viejos destinos donde podamos relajarnos. Si viajamos por el país, lo que solemos hacer es ir en coche, y aprovechar nuestro propio vehículo para irnos al lugar deseado.

Área de servicio O Rei das Tartas

O Rei das Tartas

Área de servicio O Rei das Tartas

Y tanto si es un viaje largo o corto, tenemos que parar en la carretera. Siempre se recomienda hacer una parada cada dos horas, para estirar las piernas, beber agua o comer, y descansar un rato de la conducción.

Qué mejor que parar en un bar de carretera o en un área de servicio que, por cierto, muchas veces es donde mejor se come. Y aunque casi siempre es una gran experiencia, no todas las veces ocurre así.

Si no, que se lo digan al tiktoker Cocituber, que paró en un área de servicio en la que salió, por qué no decirlo, escaldado.

Le prohíben grabar y enseñar la botella de agua

Ponte en situación: haces un viaje largo, necesitas un café o una bebida que te ayude a seguir con la conducción, y decides parar. Lo haces en un área de servicio, de camino a tu destino.

Esto es lo que hizo el tiktoker Cocituber, y paró en una cafetería de carretera de Villacastín, en Segovia. Ahí se encontró con que no solo era una cafetería al uso, sino que también podías comprar viandas para el viaje.

Así fue cómo se dispuso a comprar una botella de agua, pero, cuando la vio y se fijó en un detalle, sintió la necesidad de grabarlo y enseñarlo a toda su audiencia. El detalle no era otro que el precio, ya que costaba 4,20, una auténtica barbaridad teniendo en cuenta que no era ni una botella de un litro.

Así pues, se disponía a grabar para decirle a sus miles de seguidores que no deberían comprar una botella de agua ahí, pues el precio era excesivo. “Es el agua más cara de toda España, una barbaridad” decía.

Era entonces cuando la dueña del local le pedía encarecidamente que no grabase y le decía “no me hagas esto”, pues no quería que nadie dejara de venir a su local. Así pues, le decía que normalmente trataban muy bien al tiktoker, pero que no sacara eso.

Él entonces replicaba que sí, que siempre era muy bien tratado, pero que tenía que sacar tanto lo bueno como lo malo. Muchos usuarios le daban la razón a este joven, pues decían que las áreas de servicio se pasaban con precios abusivos.

Un pedido a domicilio que hace saltar las alarmas

A través de las redes sociales, este bar de Barcelona daba cuenta de lo que había ocurrido con un pedido que les habían hecho. Ponte en situación, se trataba de un pedido muy cuantioso, de los que dan mucha alegría a todos los restaurantes.

Lo habían hecho a través de la página web y, tras poner los datos, decidieron poner en la comanda ocho menús de hamburguesas, perritos calientes, postres y entrantes, por lo que la cuenta ascendía a 105 euros.

Pues bien, ahí fue cuando el repartidor entró en juego. Resulta que fue a la dirección que le habían pedido, tal y como ponía en los datos. Ahí es donde se llevó la sorpresa.

“La dueña de la casa le dice que lo siente, pero que ella no había pedido nada y que, incluso, el supuesto nombre que salía en el pedido no era de su casa, nadie allí se llamaba así” decían desde el restaurante.

Repartidor Barcelona

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Repartidor Barcelona

Así pues, el repartidor, bastante asustado, ya que el pedido se pagaba siempre al recibirlo, llamó al restaurante. “Nosotros llamamos al número que salía en el pedido y resulta que el teléfono no existía” explicaban con mucho pesar.

Claro, el modelo que ellos tenían era el de pagar una vez que se recibía el pedido, pero con esta terrible experiencia, se vieron obligados a cambiar su página web y todo. “Aprendimos la lección y cambiamos toda nuestra web y a partir de ahora se pueden hacer pedidos los pagas, si no, no los puedes hacer” decían.

Lamentablemente, estas bromas (que no tienen ninguna gracia, sobra decirlo) se hacen más de lo que pensamos y es tirar por la borda el trabajo de hosteleros y camareros por la borda.

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