Un hombre supera su pánico a las agujas para donar sangre por una promesa a su hermano que estuvo a punto de morir
Recomienda donar de formar rutinaria porque en diez minutos se pueden salvar hasta tres vidas

Salamanca - Publicado el
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¿Tienes diez minutos para salvar una vida? Sólo necesitas tres minutos para rellenar un formulario y siete más para esperar sentado en un sillón, mientras se llena una pequeña bolsa de sangre, tras recibir un pinchazo en el brazo. Eso es lo que ha hecho Pedro Jesús, un nuevo donante de 52 años, que nunca había pensado en donar sangre, hasta que la necesitó su hermano.
Pedro Jesús ha superado su inmenso pánico a las agujas para donar sangre por primera vez, movido por una promesa personal. A pesar de su miedo, que él mismo califica como ser “miedoso de narices”, ha completado la donación y asegura no haberse “enterado de nada”.
La razón de su promesa es poderosa. “Prometí esto, porque mi hermano hace unos meses estuvo a punto de morirse debido a un accidente de tráfico y necesitó sangre”, ha explicado visiblemente emocionado. Según relata, le hizo tres promesas a su hermano y esta era una de ellas. Con la foto de la donación, planea anunciarle este fin de semana que ya ha cumplido su palabra.
Prometí esto, porque mi hermano tuvo un accidente de tráfico, estuvo a punto de morirse y necesitó sangre "
Nuevo donante de sangre en Salamanca
Una experiencia que da vida
Durante la donación, ha afirmado sentirse “orgulloso” por haber dado el paso, una sensación nueva para él al ser su primera vez. La experiencia le ha hecho reflexionar sobre la importancia de “dar vida”, y no ha dudado en recomendarlo. De hecho, ha reconocido que mantenerse hablando durante el proceso le ha ayudado a no desmayarse. Superados los nervios de la primera vez, tiene claro que de ahora en adelante donará de forma rutinaria al menos cuatro veces al año, que es la media de donaciones para los hombres, frente a las tres veces que donan sangre las mujeres.
A su lado estaba Elisabeta, de 44 años, quien también iba a donar por primera vez. “Yo también soy muy miedosa, pero digo, intentar, no pasa nada”, ha comentado. Sin embargo, no ha podido hacerlo por estar “un poco malita”, tiene un fuerte catarro, pero ya tiene su ficha abierta para una próxima ocasión. Su hermana es donante y fue su pareja quien la animó a acompañarle.
La importancia de un gesto rutinario
Este acto pone de manifiesto cómo una experiencia cercana puede cambiar la perspectiva sobre la donación. “Si lo necesita un familiar tuyo o alguien que quieres, no lo dudas, pues yo me he dado cuenta”, ha reflexionado el donante. La donación de sangre es fundamental no solo en accidentes, sino en el día a día de los hospitales, por lo que normalizar este gesto y convertirlo en algo rutinario es clave.
Si lo necesita un familiar tuyo o alguien que quieres, no lo dudas"
Nuevo donante de sangre en Salamanca
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