Va a alquilar un piso en León y la cláusula que lee en el contrato le hace cambiar de opinión: "Imagínate si me mudo"
Irina denuncia la situación que vivió cuando estaba a punto de entrar a vivir en el centro de la capital; la propietaria quería cambiarlo todo en el último momento

Irina en el vídeo
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En plena Plaza Mayor de León, Irina estaba a punto de comenzar una nueva etapa. Había encontrado un piso que le encantaba, la inmobiliaria le había dado el visto bueno y, tras presentar toda la documentación, firmar el contrato inicial y abonar la fianza, lo tenía todo listo para mudarse un mes después. Sin embargo, lo que parecía un trámite sencillo se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza cuando recibió un nuevo contrato con cláusulas que nunca había visto antes.
“Me mandan otro contrato diferente y me dicen: la dueña cambió el contrato. He añadido una cláusula más de limpieza y ya está”, relató en un vídeo de TikTok que rápidamente comenzó a viralizarse. Pero al revisarlo, Irina se dio cuenta de que no se trataba solo de una simple actualización.
Cláusulas fuera de lo común
Lo que encontró en el nuevo contrato le dejó sin palabras. “Ya veo un par de cláusulas que no me hacen ninguna gracia”, explicó. La primera le prohibía cambiar la cerradura sin permiso de la propietaria. “Cada vez que voy a un piso de alquiler cambio la cerradura por intimidad y seguridad. Yo no sé quién tiene esas llaves”, denunció, recordando que cualquiera podría conservar una copia del juego original.

Plaza Mayor, Leon
Pero lo que realmente encendió las alarmas fue otra condición: la dueña se reservaba el derecho de entrar en el inmueble cuando quisiera, avisando con 48 horas de antelación. “Perdona, tú no sabes que la LAU prohíbe esto. Tú no puedes entrar a no ser que yo te dé permiso o por causa de fuerza mayor, tipo un incendio”, criticó la joven, recordando lo que marca la Ley de Arrendamientos Urbanos.
El papel de la inmobiliaria
Ante las irregularidades, Irina contactó de inmediato con la inmobiliaria. Según su relato, explicó que no aceptaba esas nuevas condiciones porque no solo eran abusivas, sino directamente ilegales. “Yo pagué la fianza porque estaba de acuerdo con el primer contrato, pero yo con este no”, insistió.

Una pareja mira en el escaparate de una inmobiliaria los anuncios de pisos
La respuesta no fue la esperada. Aunque en un primer momento le aseguraron que quizá la dueña aceptaría volver al contrato inicial, horas después recibió otra llamada: “Lo siento mucho, esto no es cosa mía, te voy a devolver la fianza porque no está de acuerdo la dueña”.
Este tipo de situaciones son más frecuentes de lo que parece. En España, la polémica en torno a los contratos de alquiler ha crecido en los últimos años, especialmente desde los cambios introducidos en la nueva Ley de Vivienda. Esto es lo qué ocurre cuando un propietario decide renovar o modificar un contrato, subrayando que siempre deben respetarse los límites legales.
Lo que dice la ley
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El caso de Irina refleja un problema que muchos inquilinos desconocen hasta que se topan con él: no todas las cláusulas que aparecen en un contrato son válidas. De hecho, la normativa es clara en varios aspectos:
- El propietario no puede entrar en la vivienda sin permiso expreso del inquilino, salvo causas de fuerza mayor.
- El casero no puede imponer gastos desproporcionados o sin justificación legal, como el cambio de cerraduras obligatorio.
- El contrato original debe respetarse tal y como fue firmado, salvo acuerdo entre ambas partes para modificarlo.
- El inquilino está protegido por la Ley de Arrendamientos Urbanos, incluso aunque haya aceptado cláusulas que contradigan la norma.
En este sentido, el propio Ministerio de Vivienda ha recordado que, ante cualquier conflicto, prima siempre la ley sobre lo firmado en condiciones abusivas.
Una advertencia para futuros inquilinos
“Imagínate lo tocapelotas que hubiera sido la dueña si yo me mudo allí”, concluyó Irina en su vídeo, dejando claro que había tomado la decisión correcta al no seguir adelante con el alquiler.
Su caso sirve de aviso a quienes están a punto de firmar un contrato de arrendamiento. Revisar cada cláusula con calma, buscar asesoramiento si algo genera dudas y estar al tanto de las últimas modificaciones legales es fundamental. Por ejemplo, este año la subida de alquileres y los nuevos cálculos para ajustar la renta han vuelto a colocar en el debate público hasta dónde puede llegar un propietario sin vulnerar los derechos del inquilino.
En el caso de León, la historia terminó sin mudanza, pero con una lección aprendida: la letra pequeña importa, y mucho.