La Junta de Castilla y León descarta en estos momentos levantar parte de las medidas restrictivas que afectan a Burgos capital, pese a la mejoría de los datos. Así lo avanzó hoy la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien reconoció un descenso del ritmo de contagios, pero aún insuficiente para abrir la mano a algunas medidas, tales como ampliar las reuniones a más de tres personas.

“La mejoría de los datos de Burgos no es suficiente para quitar ninguna restricción”, insistió en su comparecencia semanal para informar sobre la situación epidemiológica en Castilla y León, donde recordó que la incidencia acumulada sigue por encima de los 1.000 casos, con 1.292 infectados por cada 100.000 personas en 14 días en el consolidado de los últimos cinco, y con 1.013 ayer.

“El nivel de alerta está por encima de 500, y platearnos cambiar el nivel de alerta está en 250. Sé que todos tenemos prisa, yo también, pero no podemos tomar decisiones que nos hagan ir para atrás; sería muy lamentable”.

En el momento en el que los niveles mejoren, que se sitúen por debajo de los 400 casos a 14 días, y de 200 a siete días, las medidas excepcionales se podrían valorar, de modo que la ciudad pudiera regresar al nivel 4 previo, sentenció la consejera.