Se prevé que con la crisis económica provocada por la Covid-19 aumente el número de personas dedicadas a la prostitución, por lo que iniciativas como la del Proyecto Santa Marta, dentro de Cáritas Diocesana de Toledo son realmente necesarios en un momento como el actual. Cáritas, gracias a este proyecto, acompaña y ayuda a mujeres que ejercen la prostitución a salir de esta situación.

Proyecto Santa Marta

Ayer la coordinadora y responsable del proyecto, Paloma Martín de Vidales, explicaba en los micrófonos de COPE cuáles son las fases que las mujeres deben atravesar para culminar el proceso integración. “Lo primero que hacemos es una valoración de la motivación, si pertenece a una red, si su vida corre peligro, si hay consumo o adicciones, (…) y en el caso de que sea prostitución, iniciamos un proceso de recuperación personal, de acompañamiento, de escucha, un proceso en el que la necesidades básicas están cubiertas”.

Es en esa primera etapa cuando la mujer empieza a “posicionarse, empoderarse, a pensar un poco y a estar tranquila”. Un periodo que suele durar entorno a los 6 meses.

“Se supone que esos indicadores que la llevaron a prostituirse han disminuido”

En una segunda fase se inicia un periodo de formación; y el tercer y último paso es “un itinerario de inclusión laboral, dónde inician un proceso de búsqueda de empleo”. Este acompañamiento termina cuando la mujer encuentra un trabajo y “se supone que esos indicadores que la llevaron a prostituirse han disminuido”.

La intervención integral hace referencia a todas las áreas de la vida de cada mujer: personal, social, formativa y laboral. Además se trabaja el ámbito de salud, vivienda, formación, laboral, situación administrativo-judicial, ocio y tiempo libre.

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Estado de alarma: prostíbulos cerrados, incremento de pisos ilegales dedicados a la prostitución

"A las mujeres, o bien las han dejado en la calle, o bien las han trasladado a pisos en las ciudades"

Desde el Proyecto Santa Marta, que se trabaja en coordinación con la Policía Nacional, otras organizaciones como Médicos del Mundo o el Proyecto Esperanza, se constata que en estos meses de confinamiento ha aumentado el número de pisos dedicados a la prostitución, con un incremento del consumo de sexo. “Todos los prostíbulos que tienen licencias y establecimientos de acceso público se han visto cerrados; a las mujeres, o bien las han dejado en la calle, o bien las han trasladado a pisos en las ciudades, donde han seguido ejerciendo la prostitución”. “Esto quiere decir que ha habido clientes que han ido a consumir sexo, y es por eso que están proliferando los pisos de estas características en esta pandemia” .

Las mujeres ahora se encuentran en una “situación más vulnerable, más precaria, quizá con mayores indicios de pobreza, de exclusión social, violencia, coacción y mayor explotación”. Así lo constata el Informe Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor sobre el impacto del Covid-19 en las mujeres que ejercen prostitución o son víctimas de trata.

Asimismo, desde Cáritas Diocesana de Toledo, se prevé que en los próximos meses con la crisis social y sanitaria provocada por el coronavirus haya un incremento del número de mujeres dedicadas a la prostitución, pues se ven abocadas a esta situación para hacer frente a sus necesidades básicas y la de sus familias. “Tenemos a bastantes mujeres que no se habían planteado nunca iniciarse en la prostitución. Están iniciándose como una manera de subsistencia”.

"Ahora aparte de limpiar la casa también se ofrece un final feliz”

Además, están surgiendo nuevas maneras de captación basadas en el uso de las redes. Hay una “mayor captación de mujeres y adolescentes, algunas por cuestiones de falta de trabajo en sectores como la limpieza por horas o el cuidado de personas. Y ahora aparte de limpiar la casa también se ofrece un final feliz”.

Ingreso mínimo vital

“Tener ingresos mínimos a muchísimas mujeres les va a plantear la opción de no prostituirse”​

Según Martín de Vidales, el ingreso mínimo podría ser una oportunidad para estas mujeres. “Puedes salir de un mundo que te genera dinero cuando te posicionas en otro momento o lugar en la vida y puedes obtener ser autónoma. Es un primer paso, por supuesto”. “Tener ingresos mínimos a muchísimas mujeres les va a plantear la opción de no prostituirse”.

El Proyecto Santa Marta está financiado principalmente con fondos de Cáritas y con aportaciones del Gobierno de Castilla-La Mancha.

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