Alerta en fiestas populares por el repunte de casos de sumisión química: qué es, cómo actúan los agresores y cómo protegerse

La sumisión química siempre está presente y, por lo general, el fin del agresor siempre es sexual

Cuidado con la sumisión química este verano
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Redacción COPE Castilla-La Mancha

Toledo - Publicado el

4 min lectura

Con la llegada del verano, las fiestas patronales llenan de vida y color los pueblos de toda España. Familias, vecinos que regresan al municipio y visitantes de otras localidades se reúnen en un ambiente festivo y de celebración. Sin embargo, este contexto también se convierte en un escenario propicio para delitos ocultos y extremadamente peligrosos, como la sumisión química.

Este fenómeno, que consiste en el uso de sustancias para anular la voluntad de una persona con fines delictivos, vuelve a estar en el punto de mira tras dos presuntos casos registrados recientemente en La Puebla de Montalbán, en Toledo, durante sus fiestas patronales. Las víctimas: dos chicas muy jóvenes. Las alarmas se disparan, y expertos sanitarios y fuerzas de seguridad instan a extremar las precauciones y estar informados.

 ¿Qué es la sumisión química?  

La doctora Marta Sánchez-Dehesa, directora médica del hospital HM IMI Toledo, explica que se trata del uso de sustancias como el alcohol, benzodiacepinas, ketamina o escopolamina (conocida como ‘burundanga’) para anular la voluntad de una persona. El objetivo más habitual es el abuso sexual, aunque también se dan casos de robo u otros delitos. 

Suele ir acompañado de pérdida de memoria, lo que dificulta enormemente la denuncia y la obtención de pruebas. Estas sustancias son especialmente peligrosas porque pueden administrarse sin que la víctima lo note. Se diluyen en bebidas, se camuflan en comidas, tabaco o incluso se inhalan. No tienen sabor, olor ni color, y sus efectos son rápidos y de corta duración. Una persona puede verse desorientada, somnolienta o experimentar lagunas de memoria sin haber consumido mucho alcohol. 

 ¿Cómo actúan los agresores?  

Toñi Requena, portavoz de la Guardia Civil, describe que el agresor administra la sustancia directamente, aprovechando momentos de distracción. Puede echar una pastilla en una bebida o aprovechar el estado de embriaguez voluntario de la víctima para cometer el delito. En muchos casos, la víctima ni siquiera es consciente de lo que está ocurriendo. La normalización del consumo de alcohol en eventos festivos juega en contra. La gente no identifica ciertas sensaciones con un posible delito, porque las asocia con haber bebido demasiado. 

La prevención es la herramienta más poderosa. La doctora Sánchez-Dehesa recomienda no dejar nunca la bebida sola, no aceptar bebidas de desconocidos, ir acompañado siempre que sea posible, especialmente en discotecas o eventos multitudinarios, y estar alerta a señales del cuerpo como somnolencia, desorientación o pérdida de memoria sin causa aparente. 

En caso de sospecha, es fundamental actuar rápido. Las pruebas analíticas son esenciales para detectar estas sustancias, pero tienen un margen de detección muy limitado. Hay que acudir a un centro médico en las primeras 12-24 horas para realizar análisis de sangre y orina. Después de ese tiempo, muchas sustancias desaparecen del organismo y es más difícil probar lo ocurrido. 

SESCAM

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Desde la Guardia Civil insisten en la importancia de conservar las pruebas físicas. En caso de sospecha de agresión o sumisión química, se recomienda no cambiarse de ropa ni ducharse, y llamar inmediatamente al 062, de la Guardia Civil, o al 112. También se puede contactar con el 016, línea de atención a víctimas de violencia de género. Una patrulla acudirá al lugar y se activará el protocolo de atención. La coordinación entre los cuerpos de seguridad y el personal sanitario es clave para asegurar una atención integral.

Un mensaje claro: este verano, cuida de ti y de los tuyos

Muchas víctimas de sumisión química no recuerdan lo sucedido, lo que complica identificar una agresión sexual. Algunos signos de alerta incluyen despertar en un lugar desconocido o inapropiado, estar sin ropa o con la ropa desordenada, sensación de haber mantenido relaciones sexuales sin recordar el acto, presencia de fluidos extraños o molestias en la zona genital y lesiones inexplicables. Ante cualquiera de estas señales, es urgente buscar ayuda médica y legal inmediata. 

Los expertos insisten: todos y todas podemos ser víctimas, directa o indirectamente, a través de personas cercanas. Por eso, la información y la prevención son vitales para combatir esta forma de violencia que, aunque invisible, deja consecuencias profundas. 

Las autoridades piden responsabilidad colectiva, estar atentos y no dejar pasar ningún indicio por alto. En fiestas, celebraciones o cualquier evento social, disfrutar con seguridad debe ser siempre la prioridad. Este verano, no bajes la guardia. La sumisión química no es una leyenda urbana: es una amenaza real. Y la mejor defensa es la información.

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