El legado de Pablo Muñoz: "Hemos bajado mucho el nivel de incendios en la ciudad"
Pablo Muñoz, figura clave en la seguridad de la ciudad, se despide del servicio activo tras jubilarse para volcarse en la investigación y la prevención de incendios

Entrevista con Pablo Muñoz
Cuenca - Publicado el
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Tras más de cuatro décadas como pieza esencial de la seguridad en Cuenca, Pablo Muñoz, jefe de bomberos y de protección civil del ayuntamiento, se ha despedido del servicio activo. Después de 41 años de trabajo, cierra una etapa marcada por emergencias, noches sin dormir y decisiones cruciales, pero también por proyectos que transformaron el servicio de emergencias de la ciudad.
Una vocación nacida en los 80
Pablo Muñoz recuerda con "tranquilidad" sus inicios, cuando en 1984 impulsó la agrupación de voluntarios de Protección Civil. En aquella época, la estructura de emergencias era precaria, con "un equipo de bomberos cortito con pocos medios". Tras aprobar una oposición para la policía local, al año y medio ingresó finalmente en el parque de bomberos.
Desde entonces, su carrera ha sido un reto constante. Partiendo de un equipo con una "capacidad humana brutal, pero no había muchos medios", su trabajo ha sido clave para construir el servicio actual. "A base de muchos errores y también de mucho trabajo, hemos creado lo que hoy es el parque de bomberos, un parque moderno y actual", explica Muñoz.
La prevención como pilar
Uno de los mayores orgullos de Muñoz es haber montado "un buen servicio de prevención de incendios en la ciudad". Este enfoque en la planificación y el estudio de riesgos ha sido vital para evitar problemas mayores, especialmente en el casco antiguo, donde los incendios en las cubiertas de madera eran frecuentes. Gracias a esta labor, afirma, "hemos bajado mucho el nivel de incendios".
En su memoria quedan momentos de extrema dureza, como la pandemia de la COVID, que fue "muy duro", o un accidente de tráfico al inicio de su carrera que le "marcó mucho". También recuerda con satisfacción intervenciones como el rescate de una mujer de los escombros tras una explosión en la zona de los Moralejos, una operación que destaca por la perfecta coordinación del equipo.
Un futuro dedicado a la investigación
Lejos de parar, Muñoz ya tiene el tiempo "muy ocupado". Como presidente de la Fundación Fuego, trabaja en la prevención de riesgos, impulsando alegaciones al código técnico para evitar incendios como el de Campanar en fachadas ventiladas. Otro de sus focos de preocupación es el peligro de los vehículos eléctricos en los garajes, un aspecto que considera necesario regular.
Su gran pasión ahora es la protección del patrimonio histórico, a lo que afirma estar dedicándose "en cuerpo y alma". Además de formar a servicios de emergencia, ha sido admitido en un programa de doctorado en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Su objetivo es convertir sus 20 años de experiencia en una tesis académica sobre la gestión de emergencias en los cascos históricos Patrimonio de la Humanidad.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



