“Nos lo tomamos a pecho”: mujeres de Cantabria ponen voz al lado más real del cáncer de mama
La primera campaña co-creada y protagonizada por pacientes rompe con los tópicos del rosa y muestra la vida después del diagnóstico, con sus miedos y duelos

Santander - Publicado el
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Cuando una mujer escucha por primera vez la palabra cáncer, la vida cambia de golpe. Ese instante marca un antes y un después que muy pocas campañas han sabido retratar. Por eso, la iniciativa “Nos lo tomamos a pecho”, que desde Cantabria nace como la primera campaña creada y protagonizada por las propias pacientes, quiere dar un giro y contar la enfermedad sin filtros ni edulcorantes. Se trata de mostrar el lado más real de la enfermedad, el que solo quienes la padecen conocen, y hacerlo con sus voces y con sus historias.
Más allá del rosa
Durante años hemos visto campañas llenas de lazos rosas, de mensajes positivos y de metáforas sobre la lucha contra el cáncer. Pero las protagonistas de esta campaña dicen basta: el mensaje no siempre encaja con la realidad.
Lourdes Piñán, médica y paciente de cáncer de mama, lo explica con claridad: “Con el diagnóstico la vida se vuelve negra. Después hay momentos grises y blancos, pero poco rosas”. Su testimonio pone palabras a lo que miles de mujeres sienten al recibir un diagnóstico que no solo afecta al cuerpo, también a la vida entera.
La diferencia de esta campaña está precisamente en que son ellas quienes marcan el tono. Son las pacientes las que han decidido qué quieren contar, cómo quieren hacerlo y qué mensajes consideran más importantes. Frente a los eslóganes optimistas, “Nos lo tomamos a pecho” se centra en la crudeza del diagnóstico y en el día a día posterior. Porque vivir con cáncer no es una foto en positivo, sino un camino lleno de miedos, incertidumbres y también de pequeñas conquistas.
El duelo invisible
El cáncer de mama no es solo un reto médico, también es una sucesión de pérdidas y renuncias. Lourdes lo describe como un “duelo múltiple”: perder parte de tu futuro, de tu vida anterior, de tus aficiones, de tu estabilidad laboral e incluso de tus relaciones personales. Muchas mujeres, tras los tratamientos, deben enfrentarse a una vida en la que ya no se sienten las mismas de antes, con secuelas físicas y emocionales que no desaparecen de la noche a la mañana.
Ese duelo rara vez aparece en los carteles institucionales, pero está ahí. Y es lo que esta campaña quiere visibilizar: la soledad, los miedos y las transformaciones que acompañan al proceso. Porque la enfermedad no se acaba con la última sesión de quimioterapia. Después llega otra etapa, igual de dura, en la que hay que reconstruirse.
La importancia de no estar sola
Si algo subraya “Nos lo tomamos a pecho” es que el cáncer no se afronta en solitario. El acompañamiento de la familia y los amigos es esencial, pero también lo es el apoyo profesional más allá de la medicina.
“Desde el primer momento tiene que haber acompañamiento psicológico, social y económico. No se trata solo de curar el tumor, sino de acompañar a la persona en todas las dudas y miedos que genera”, insiste Lourdes.
Esta campaña recuerda que el cáncer afecta a toda la vida: al trabajo, a la economía familiar, a la salud mental y a las relaciones personales. Ponerlo en el centro del debate ayuda a entender que la enfermedad se mide en cifras de curación, pero también en la calidad de vida de quienes la padecen.
“Nos lo tomamos a pecho” rompe con la superficialidad de algunas campañas para poner a las pacientes en el centro. Mujeres que hablan de lo que realmente sienten: el miedo, la incertidumbre, la soledad y también la importancia de seguir investigando para mejorar la supervivencia y la calidad de vida.



