Dos adolescentes de 14 años deciden coger su bicicleta desde Cantabria hasta País Vasco para cumplir su sueño por un día: "Junto a los más grandes"
Pablo y Héctor, dos adolescentes de la comarca de Trasmiera, han cogido su bicicleta para ver de cerca a los mejores ciclistas del mundo

Santander - Publicado el - Actualizado
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La pasión por el ciclismo en Cantabria no se limita a seguir las etapas por televisión o acercarse en coche a la cuneta. Dos jóvenes cántabros, Pablo y su amigo Héctor, han decidido vivir la Vuelta España 2025 de una manera diferente: recorriendo en bicicleta más de 70 kilómetros para llegar hasta la etapa de este jueves, entre Laredo y Los Corrales de Buelna.
Pablo, natural de Omoño, en Ribamontán al Monte, apenas tiene 14 años, pero ya habla con la seguridad de un veterano. "Desde pequeño siempre me ha gustado la bici. Empecé con mi padre y poco a poco se convirtió en mi pasión", explica antes de ponerse en marcha junto a su compañero de ruta.
Una tradición que viene de familia
Para Pablo, la Vuelta a España es algo más que un evento deportivo. Es una tradición que ha acompañado su infancia. "Según me dicen mis padres, desde pequeño he ido todos los años a ver alguna etapa", recuerda. Su primer gran recuerdo está ligado precisamente a Cantabria: subir a Alisas con solo cuatro años, acompañado de su padre y unos amigos. "Fue chulísimo", rememora.

La Vuelta llega a Cantabria
Este 2025, la ilusión es distinta: por primera vez llegará al recorrido pedaleando, con su bicicleta de montaña, una Orbea Alma M50 de carbono, preparada más para el monte que para el asfalto, pero que él define como "todo terreno".
Un trayecto exigente pero emocionante
El plan de Pablo y Héctor es claro: salir desde Omoño, atravesar carreteras secundarias como las de Pámanes y Liérganes, y llegar hasta la subida a Alisas, uno de los puntos calientes de la etapa. Serán unos 75 kilómetros de pedaleo en total entre la ida y la vuelta.
"Buscamos algún avituallamiento, porque es donde más ambiente hay y donde suelen tirar regalos", cuenta Pablo con entusiasmo. El reto no les asusta. "No nos importa hacer tantos kilómetros, lo importante es disfrutar", asegura.
El susto de Bilbao y la ilusión por Cantabria
La etapa que vivieron en Bilbao el día anterior les dejó un sabor amargo. Una protesta política en favor de Palestina obligó a cortar la carrera a tres kilómetros de la meta. "De repente estaba la meta vacía y empezaron a salir personas con banderas que cruzaban por mitad de la carretera. Fue impactante", recuerda Pablo, que se encontraba en primera fila.
Por eso, lo único que pide para la etapa cántabra es que todo transcurra con normalidad. "Que no pase lo de ayer, que fue desastroso", comenta. Su objetivo es sencillo: ver a sus ídolos, disfrutar del ambiente y compartir la experiencia con su amigo. Entre sus favoritos destaca el danés Jonas Vingegaard y, sobre todo, el español Enric Mas.

El ciclista danés celebra su victoria en la segunda etapa que le da el liderato de la prueba.
La etapa de este jueves tiene un recorrido de 144,9 kilómetros y atraviesa 22 municipios, con final en Los Corrales de Buelna. Será una jornada de media montaña con rampas que prometen espectáculo. Para Pablo y Héctor, sin embargo, lo importante es formar parte de la fiesta ciclista, vivir de cerca el esfuerzo de los corredores y sumarse a la marea de aficionados que cada año convierten la Vuelta en un fenómeno social.
"Lo mejor de todo es ver pasar a los ciclistas, animarles y sentir que estás dentro del ambiente", asegura Pablo. En su mochila llevan algo de comida, agua y, sobre todo, muchas ganas de pedalear.

Un ejemplo de la pasión cántabra por el ciclismo
La historia de estos dos jóvenes resume el espíritu con el que Cantabria vive la Vuelta. No se trata solo de ver quién gana la etapa, sino de disfrutar del día, de los paisajes y del ambiente en la carretera. La región es una de las grandes cunas del ciclismo español, con puertos míticos como Fuente Dé, La Bien Aparecida, Alisas o Peña Cabarga, y cada año demuestra que el ciclismo aquí no es solo deporte: es parte de la cultura popular.
La etapa cántabra de 2025 volverá a ser escaparate nacional e internacional, pero también un recuerdo inolvidable para Pablo y Héctor. Dos adolescentes que, con más de 70 kilómetros en las piernas, vivirán en primera persona la magia de la Vuelta España.



