La advertencia de un pescador de Cantabria por la escasez de verdel: "El año que viene..."
Solo se ha obtenido un 11% de la cuota asignada y los barcos de artes menores ya preparan la campaña del bonito ante la desesperación por las pérdidas

Sergio Valle, presidente de la cofradía de pescadores de Colindres
Santander - Publicado el
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Este 2024 la costera del verdel ha sido dramática en Cantabria. Lo dicen los datos y lo corrobora el sector: apenas se ha capturado un 11% de la cuota asignada, lo que convierte esta campaña en una de las peores que se recuerdan. En nuestra región, unas 70 embarcaciones artesanales dependen de esta pesquería, fundamental en los primeros meses del año para muchas familias.
En declaraciones a COPE Cantabria, el presidente de la cofradía de pescadores de Colindres, Sergio Valle, traslada la cruda realidad a la que se enfrentan: "Los datos son muy alarmantes, son los peores de toda la historia... con toda la flota que tiene Cantabria dedicada a artes menores".
Solo se ha pescado un 11% de la cuota
La flota de artes menores en Cantabria contaba con una cuota de más de 1,2 millones de kilos de verdel. Sin embargo, solo se han podido capturar unos 200.000 kilos. Barcos pequeños, de cuatro o cinco tripulantes, que no han podido rentabilizar ni un mínimo la campaña. Muchas de estas embarcaciones dependen del verdel, y lo necesitan para arrancar el año con algo de oxígeno financiero. Sin esa primera fuente de ingresos, el resto de la temporada se complica aún más.
Según Valle, la causa va dirigida al continente europeo y la sobrepesca en otros caladeros. "No hay fuerza de pescado como otros años, no llega verdel a nuestra costa", explica. Lo poco que llega, viene en bancos muy pequeños, a mucha profundidad y pegados al fondo, lo que hace muy difícil su captura. También señala que el comportamiento del pescado ha cambiado, lo que impide incluso su localización por parte de los barcos.

Redes de pesca
Además, hay un consenso generalizado en que las condiciones climáticas, las corrientes y las alteraciones en el ecosistema pueden estar jugando también un papel importante, aunque todo apunta a que es la presión pesquera fuera del Cantábrico la que ha descompensado completamente el paso de verdel por nuestras aguas.
El cerco aguanta, las artes menores no
En el caso de los barcos de cerco, las pérdidas se han amortiguado gracias a unos precios algo superiores a los de años anteriores. Algunos días, el precio en lonja permitió compensar la escasez de capturas, aunque en muy pocos casos se ha cumplido la cuota total. Pero las artes menores han quedado completamente fuera de juego. Muchos de esos barcos ya están preparando la costera del bonito como única salida.
"La gente está completamente desesperada y deseando que llegue la costera del bonito para poder... es posible que el año que viene haya una cuota a cero de verdad", advierte Valle, preocupado también por el futuro inmediato si los biólogos deciden cerrar el caladero como ya ocurrió con el chicharro: "es una posibilidad completamente real",
Nosotros pescamos con artes sostenibles, no es justo"
Cofradía de pescadores de Colindres
Peticiones a la administración
Desde la cofradía de Colindres aseguran que se han pedido ayudas a la Secretaría General de Pesca a través del Gobierno de Cantabria. Buscan apoyo económico, pero también una respuesta política que ponga freno a las prácticas agresivas en aguas europeas.
Valle recuerda que el año pasado ya se vivió una situación muy delicada con otras especies, como el chicharro, que pasó de tener una cuota modesta a directamente ser cerrada a cero. "El miedo que tenemos es que pase lo mismo con el verdel", insiste. Por eso, piden medidas urgentes para proteger una actividad que sigue siendo fundamental para la economía local de muchos municipios costeros.

Barco de pesca
"Nosotros pescamos con artes sostenibles, como el anzuelo, el curricán o el cerco. No es justo que se castigue a toda la flota por igual cuando el problema no está en el Cantábrico", concluye Valle.
La preocupación en el sector es máxima, y no solo por esta costera. Lo que está en juego es la viabilidad futura de la pesca artesanal en Cantabria, un modelo histórico que cada vez lo tiene más difícil para sobrevivir. La falta de capturas, el alza de costes, las cuotas limitadas y la competencia con flotas más agresivas dibujan un escenario que exige respuestas urgentes para evitar que esta forma de vida desaparezca poco a poco.