Sucesos
20 años de la riada que paralizó Santa Cruz de Tenerife
La tromba de agua caída en la capital el 31 de marzo de 2002 acabó con la vida de ocho personas y destrozó viviendas, locales y mobiliario público

Sebastián Martín y Blas Hernández recuerdan la trágica riada del 31 de marzo de 2002 en Santa Cruz
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este 31 de marzo se cumplen 20 años de la trágica riada acontecida el Domingo de Resurrección de 2002 en Santa Cruz de Tenerife. En apenas cinco horas, entre las 3 y las 8 de la tarde, cayeron en la capital 224 litros por metro cuadrado, lo que suele llover en todo un año. Ocho personas murieron, 647 viviendas fueron dañadas y 423 locales también sufrieron destrozos, además de daños en infraestructuras y mobiliario público.
El aguacero cogió desprevenido a todo el mundo. De hecho, la previsión del tiempo para ese día hablaba de chubascos débiles. Sebastián Martín lo recuerda perfectamente. El actual alcalde de Arico llevaba aquel 31 de marzo de 2002 la coordinación del Centro de Coordinación Operativa de la Administración Local (CECOPAL) de Santa Cruz. “El Plan de Emergencias Municipal se había aprobado apenas 11 días antes y la riada fue una puesta a prueba de todo el sistema de coordinación. Cuando se iban conociendo el número de víctimas íbamos tomando conocimiento del impacto de la emergencia”, rememora en COPE Tenerife
El subcomisario de la Policía Local, Blas Hernández, asegura que lo ocurrido “no lo vamos a poder olvidar en la vida”. Su voz se entrecorta al recordar a los fallecidos, que perdieron la vida a pocos metros de donde él y su equipo de se encontraban, pero sin saber qué estaba pasando al otro lado de las Ramblas.

“En la avenida confluía todo y era un río muy peligroso. Era lodo y no se podía visualizar el suelo. Las alcantarillas eran lo primero que saltaba y no veías donde pisaba, era horrible”, relata. Era tal la tromba de agua que los repetidores de los equipos de radio quedaron inservibles: “Mi emisora se inundó porque caí de cabeza en una de las escorrentías y el barro me llegó hasta las orejas”
A pesar de la tragedia, Sebastián Martín destaca lo aprendido y la mejoría que ha habido estos años en la gestión de las emergencias en Canarias: “Fuimos conscientes de la necesidad de mejorar las alertas y aviso, porque antes no formaba parte de la cultura ciudadana”. No obstante, advierte de que “tenemos un amplio recorrido por mejorar, porque estos fenómenos cada vez serán más frecuentes por el cambio climático”
El excoordinador del CECOPAL pone en valor también la centralización de la emergencia en el Ayuntamiento de Santa Cruz, pese a contar con ayuda supramunicipal.
20 años después, Santa Cruz cuenta con unos barrancos más preparados, mejores canalizaciones y un dispositivo de seguridad en total coordinación con el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias para gestionar una emergencia cuando la gravedad requiere del entendimiento entre las diferentes Administraciones.