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El obispo de Tenerife ensalza la figura de Bernardo Álvarez: "Dio muestra de saber estar a la altura con su pueblo"
Don Eloy Santiago, actual prelado de la Diócesis Nivariense, recuerda la entereza de su predecesor ante la ELA y destaca su incansable legado pastoral y evangelizador

Entrevista Don Eloy Santiago
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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El obispo emérito de la Diócesis Nivariense, don Bernardo Álvarez, ha fallecido a los 75 años tras un agravamiento de sus problemas respiratorios, derivados de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que le fue diagnosticada en verano de 2024. Su sucesor al frente del obispado, Don Eloy Alberto Santiago, quien lo acompañó en sus últimos momentos en el hospital, ha destacado la fortaleza y el espíritu de servicio que caracterizaron la vida y el ministerio de su predecesor, subrayando el ejemplo que ha supuesto su actitud frente a la enfermedad.
Un ejemplo de fortaleza ante la ELA
En sus primeras valoraciones, el obispo Don Eloy Santiago ha puesto de relieve cómo la convivencia con la enfermedad de Don Bernardo ha ayudado a tomar conciencia sobre la dureza de la ELA. “Convivir con él y su enfermedad nos ayuda a todos a tomar conciencia de lo que muchas personas están pasando con esta enfermedad y de lo que las administraciones públicas tienen que actuar y hacer para ayudarle”, ha afirmado. El prelado ha subrayado la entereza de su predecesor durante el avance de la dolencia: “Hemos podido ver la fortaleza con la que él ha afrontado esta enfermedad en el paso de los meses, cómo poco a poco iba avanzando y él, más limitado, pues, hasta los últimos días”.
Hay que destacar la fortaleza con la que él ha afrontado esta enfermedad"
Obispo de la Diócesis Nivariense
Esta actitud resiliente ya la había manifestado el propio Bernardo Álvarez en una entrevista en TRECE concedida el pasado marzo, cuando su salud ya era delicada. Con serenidad, afrontaba la idea de la muerte como una parte inherente a la naturaleza humana. “Hay que afrontar la situación de la muerte venga donde venga”, expresaba entonces, añadiendo su deseo de “pedirle al señor que nos dé fortaleza y paciencia para sobrellevar los momentos últimos de nuestra vida”. Su renuncia, presentada al cumplir los 75 años como marca el derecho canónico, fue aceptada por el Papa Francisco el 16 de septiembre de 2024, momento en el que pasó a ser obispo emérito.
El avance de la ELA, una enfermedad con precedentes en su familia, se aceleró en los últimos meses, mermando progresivamente su movilidad y su capacidad de comunicación. A pesar de ello, don Eloy Santiago recuerda que intentó mantener sus compromisos mientras le fue posible. “Mientras él pudo, intentó mantener todo”, ha señalado. El deterioro le impedía ya expresarse con claridad, pero su presencia seguía siendo un testimonio. El obispo ha relatado su última visita al hospital: “Al regreso, el sábado por la mañana, ya ingresado, fui a verle. Le dijeron: ‘Bernardo, salude a los obispos y a toda la gente’, y acertaba a decir ‘gracias’”.
Un legado de evangelización y cercanía
Más allá de su enfermedad, el obispo Santiago ha querido recordar la figura de don Bernardo como un pastor enérgico y entregado. “Siempre he tenido la imagen de él, de un hombre con fuerza, con ímpetu, con deseo de evangelizar, con deseo de anunciar a Jesucristo, de entregar la iglesia, de promover la misión. Un hombre así, como muy dado, muy entregado y con ese gran deseo, muy apostólico”, ha descrito el actual prelado de la diócesis.
Siempre he tenido la imagen de él, de un hombre con fuerza, con ímpetu, con deseo de evangelizar"
Obispo de la Diócesis Nivariense
La transición entre ambos obispos estuvo marcada por la cordialidad y el respeto. Don Eloy Santiago ha calificado la acogida de su predecesor como “muy buena, muy respetuosa”. Ha explicado que, mientras su salud se lo permitió, don Bernardo le ofreció “sugerencias, consejos, con recomendaciones”. “Él entendía que su posición ahora era distinta, pero [se mostró] muy cercano a mí”, ha asegurado. Con el tiempo, el diálogo se volvió más limitado, pero Santiago afirma: “puedo decir que siempre sentí cercana a su presencia, su oración”.
Prueba de ello es que, incluso con una movilidad casi nula en sus brazos, don Bernardo participó activamente en la ordenación episcopal de su sucesor. Su presencia se mantuvo en actos relevantes, como la misa en la recién restaurada iglesia de las Claras de La Laguna el pasado septiembre. “Él también quiso estar presente y concelebrar, y sentí su acogida, su cercanía y ese deseo de ayudarme en todo, desde el respeto hacia el nuevo obispo”, ha rememorado Santiago.
Un episcopado marcado por los desafíos
Los 19 años de episcopado de Bernardo Álvarez no fueron sencillos. Su sucesor ha reconocido que tuvo que hacer frente a dos décadas “duras”. A los pocos meses de ser ordenado obispo en 2005, sufrió el fatídico incendio del Palacio Episcopal en 2006. A ello se sumó la larga crisis económica y los significativos retrasos en las obras de rehabilitación de la Catedral de La Laguna, que no pudo utilizar como sede hasta 2014. De hecho, su predecesor, don Felipe, tuvo que ser enterrado en la iglesia de la Concepción porque la catedral no estaba hábil.
Don Eloy Santiago considera que la gestión de estas crisis habla de la personalidad de su antecesor: “Yo creo que también eso habla de la fortaleza de este ilustre palmero”. A estas dificultades se añadieron las grandes preocupaciones sociales de los últimos años, como la pandemia, el volcán de La Palma o los incendios. “Yo creo que él dio muestra de saber estar a la altura con su pueblo en esos momentos difíciles”, ha sentenciado el actual obispo.
Nacido en Breña Alta (La Palma) en 1949, Bernardo Álvarez estudió arquitectura técnica antes de ingresar en el seminario para ser ordenado sacerdote en 1976. Se convirtió en el decimosegundo obispo de San Cristóbal de La Laguna en 2005, siendo el segundo prelado nacido en la propia diócesis en ocupar el cargo. Su última aparición pública relevante fue en Sevilla, adonde acudió ya como obispo emérito, demostrando su interés por seguir participando en la vida de la Iglesia hasta el final.
La capilla ardiente se abrirá esta tarde a las 19:00 horas en la iglesia del antiguo Hospital de Dolores, en La Laguna. La misa exequial tendrá lugar mañana jueves a las 15:00 horas en la catedral, donde será enterrado. El obispo Eloy Santiago ha explicado que la apertura de la capilla se ha demorado para cumplir con la legislación sanitaria, que exige el embalsamamiento del cuerpo pasadas 24 horas del fallecimiento al tratarse de una inhumación fuera de un cementerio. Finalmente, será enterrado en la capilla de los Santos Canarios, a los pies de la Virgen de Candelaria.
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