Canarios afectados por el apagón: "Deberían tener una puñetera radio en la casa"
Algunos volaron de madrugada por los retrasos y hoy han acudido a sus trabajos sin poder dormir

Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
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El apagón energético que afectó al conjunto de la Península Ibérica ha dejado un reguero de historias de personas en situaciones que no hubieran deseado afrontar. Es el caso, por ejemplo, de aquellos a los que sorprendió en las estaciones de tren y que han tenido que dormir allí, ante la imposibilidad de llegar a sus hogares.
PATRICIA SE ENTERÓ EN EL TRABAJO
Han sido varios canarios en la península los que, en las últimas horas, nos han contado en Herrera en Cope cómo vivieron ayer esta circunstancia. Una de ellas, Patricia, una majorera que trabaja en Madrid como ingeniera de caminos y que no tenía reparos en comparar la situación que vivió,"como la covid pero al revés, todo el mundo en la calle”.
Como el covid pero al revés, todo el mundo en la calle”
Nos contaba que el cero le pilló en la oficina de su empresa. Ella y sus compañeros pararon su actividad y esperaron su actividad para ver qué ocurría y si volvía el suministro. Se fueron a comer y varias administrativas les dijeron en ese momento que se fueran a casa porque “está Madrid revolucionado, no funciona ningún semáforo, ambulancias, bomberos... Un desmadre, horroroso”.
LA IMPORTANCIA DE LA RADIO EN LAS EMERGENCIAS
Las oficinas de la empresa están en Legazpi, por lo que tardó dos horas en llegar a su casa. Durante el tránsito, entendió la importancia que tiene en estas situaciones medios de comunicación como la radio y la experiencia de ver cómo algunos conductores la ponían a todo volumen para que la gente en la calle supiera lo que estaba ocurriendo.

Gente en la calle escuchando la radio
Aseguraba que eran muchos los ciudadanos que iban a tiendas para comprar velas y radios. “Deberían tener una puñetera radio en la casa. Salí a la calle para ver quién tenía una radio en casa y preguntarle de qué se había enterado. Me iba informando saliendo a la calle, a la antigua usanza”, aseguraba.
Deberían tener una puñetera radio en la casa"
Fue precisamente por la radio donde escuchó que los aeropuertos funcionaban. Una de sus máximas preocupaciones porque estaba previsto que sus padres cogieran un avión para desplazarse hasta Valencia. “Estaba agobiadísima, porque no podía comunicarme con ellos y sin saber si habían cogido el avión, mi mente colapsando”, señalaba.
Reconoce que oír la noticia por la radio de los aeropuertos le ayudó a centrarse. Aun así define la sensación que tuvo como de “agobio monumental”, por la incertidumbre de no saber qué estaba pasando o cuánto iba a durar.
UBER Y CABIFY AUMENTARON SUS PRECIOS
Noelia es una grancanaria que vive en Sevilla y a la que el apagón le pilló en su casa. Al principio pensó que era algo más local, del entorno, pero luego se dio cuenta de que era generalizado y puso la radio.
Nos contaba que muchos compañeros de trabajo fueron a las oficinas y tuvieron que organizarse en vehículos de otras personas para regresar a casa, ante la falta de transporte público. Todos ellos desecharon la posibilidad de coger un coche de Uber o Cabify, ante las altas tarifas que ayer presentaba este servicio.

Mensajes en las fachadas del apagón en Madrid
Otro canario, Tomás, incidía en que, en Madrid, pasó lo mismo, el servicio también resultaba má caro. Precisamente en la capital, trabaja Fernando Cabrera, como actor de doblaje. Nos contaba que el apagón le sorprendió conduciendo de camino al trabajo. Cuando llegó allí, vio a todo el personal en la calle y los directivos diciéndoles que se fueran a casa. En ese momento intentaba comunicarse con su familia en Madrid, sin éxito.
CARLOS HA ACUDIDO A SU TRABAJO SIN DORMIR
Otra experiencia complicada fue la de Carlos, que ayer volaba desde Gran Canaria a la península. Tenía que salir a las seis de la tarde, pero finalmente lo hacía a las doce y llegaba a Madrid a las cuatro de la mañana. Esta mañana ha acudido sin dormir a su trabajo, donde comenzaba el turno a las siete de la mañana

Carlos ha acudido sin dormir a su trabajo
Aseguraba que “cuando llegue al aeropuerto ya habían retrasado el vuelo una hora y en Barajas no podían atender a todos los aviones que estaba previsto aterrizaran”. Al final a las once les dijeron que embarcaban y salieron a las 12, en medio de la alegría de los pasajeros que querían llegar a su casa.
Reconoce que la estancia en el aeropuerto fue muy desesperante ante la falta de respuestas y la incomunicación. Esperaban poder conectarse a la wifi del aeropuerto, que tampoco funcionaba. "¿Ahora yo qué hago?", se preguntaba en el aeródromo, preocupado por la situación de Madrid y sus padres que tenían pensado recogerle en Barajas. Finalmente, pudo avisarles del retraso para que no acudieran.