La trabajadora social de Abdoulie Bah defiende al joven abatido en el aeropuerto: “Algo le estaba pasando”
La muerte de Abdoulie Bah ha causado conmoción. Su trabajadora social pide más apoyo para los jóvenes migrantes extutelados.

Foto del aeropuerto
Gran Canaria - Publicado el
2 min lectura
El fallecimiento de Abdoulie Bah, un joven migrante de 19 años, abatido por la Policía Nacional en el aeropuerto de Gran Canaria tras un presunto intento de agresión con arma blanca, ha sacudido a quienes lo conocieron. Una de esas personas es Susana Socas, su trabajadora social, quien ha ofrecido su testimonio en los micrófonos de Herrara en COPE Gran Canaria.
“Me quedé completamente sorprendida con lo ocurrido. “Abdoulie tenía una vida completamente normal, no mostraba comportamientos fuera de lo común. No tenía familia, y si realmente sufría algún problema de salud mental, nadie lo detectó”.
Abdoulie había estado tutelado
Abdoulie había estado tutelado por los servicios sociales durante su minoría de edad y, tras cumplir la mayoría, pasó a integrarse con normalidad en la sociedad. “Estaba documentado correctamente, tenía trabajo y llevaba una vida estable. El sistema le dio soporte mientras fue menor, pero después quedó sin una red de apoyo cercana. No estaba en el marco de intervención de profesionales que tuvieran que hacer un seguimiento continuo”, ha explicado Susana.
Este es precisamente uno de los puntos que más preocupa a Socas, quien señala que muchos jóvenes migrantes extutelados enfrentan un vacío institucional al alcanzar la mayoría de edad. “Cuando un joven tiene familia o entorno cercano, es más fácil detectar señales de alarma. Pero en el caso de Abdoulie, al no tener a nadie, cualquier signo de desbordamiento emocional pudo pasar desapercibido”, sostiene la trabajadora social.
Cuando un joven tiene familia o entorno cercano, es más fácil detectar señales de alarma.
Socas pide no caer en juicios precipitados y hace un llamado a reflexionar sobre la situación que viven muchos de estos jóvenes. “Este caso debería hacernos pensar en lo que están viviendo. Puede que haya sido una situación límite, un estallido por salud mental no diagnosticada. Trabajo a diario con chicos que arrastran historias muy duras y problemas emocionales graves. No es algo aislado”.
No juzgo la intervención policial
La trabajadora social se muestra firme en no juzgar la intervención policial, pero sí desea poner el foco en la dimensión humana del suceso. “Mi papel está más en esa visión de humanidad hacia Abdoulie. Ese incidente pudo ser la punta de un iceberg. El perfil de Abdoulie no era delictivo. Tenía su vida, su empleo, estaba completamente integrado”.
Por ello, desde su experiencia y cercanía al caso, insiste en la necesidad de reforzar los recursos y el acompañamiento psicológico a los jóvenes migrantes cuando dejan de estar tutelados. “Hay que trabajar con ellos de forma continua, no podemos soltarles la mano al cumplir los 18. Si no lo hacemos, nos arriesgamos a que tragedias como esta se repitan”.
Hay que trabajar con ellos de forma continua, no podemos soltarles la mano al cumplir los 18
La historia de Abdoulie Bah deja abierta una herida social que va más allá de los hechos del aeropuerto: cuestiona el sistema de atención a quienes, tras sobrevivir al viaje más duro de sus vidas, siguen enfrentándose solos a un mundo para el que no siempre están preparados.