“Le dolía el pecho, pero lo mandaron a la celda con un paracetamol”: el relato de la esposa de un preso fallecido
Moisés Santana murió de un infarto tras acudir varias veces a la enfermería sin recibir atención médica adecuada, según denuncia su familia.

Interior de una cárcel
Gran Canaria - Publicado el
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La familia de Moisés Santana, interno de 41 años en la prisión de Juan Grande, en Gran Canaria, ha interpuesto una reclamación al Ministerio del Interior por una presunta negligencia médica que, aseguran, le costó la vida. Solicitan una indemnización cercana al millón de euros y exigen que se depuren responsabilidades por lo ocurrido el pasado 9 de noviembre de 2023.
Dolor en el pecho y mareos sin atención médica
Según relata su esposa, Judith, Moisés acudió varias veces a la enfermería del centro penitenciario en los días previos a su muerte. Presentaba síntomas como dolor torácico, desvanecimientos y mareos, pero en lugar de ser evaluado o sometido a pruebas, recibió paracetamol y fue devuelto a su celda. “El día 8 le dolía más. Quería ir al médico, pero no lo atendieron. Le dieron paracetamol y lo mandaron otra vez para la celda”, explicó Judith en declaraciones a Herrera en COPE Canarias.
El día 8 le dolía más. Quería ir al médico, pero no lo atendieron. Le dieron paracetamol y lo mandaron otra vez para la celda
Al día siguiente, el estado de Moisés empeoró. No sentía la mano, perdió el conocimiento y fue llevado nuevamente a la enfermería por sus compañeros. Pero allí, según la denuncia, el médico le restó importancia a su estado. “El médico le dijo que qué hacía ese señor ahí si no tenía nada, que era solo un dolor muscular”, lamenta su esposa.
Una celda de aislamiento en lugar de un hospital

Enfermería interior
En vez de ser ingresado o trasladado a un hospital, Moisés fue llevado a una celda de aislamiento, donde poco después fue hallado sin vida. La causa oficial de su fallecimiento fue un infarto agudo de miocardio. Para su familia, la cadena de decisiones médicas erróneas marcó un desenlace que podría haberse evitado. “No entendíamos por qué había muerto solo. Fue entonces cuando los compañeros empezaron a hablar, y ahí supimos la verdad”, recuerda Judith.
Una llamada inesperada y muchas preguntas
La familia no solo cuestiona la atención sanitaria prestada, sino también la gestión de la comunicación tras el fallecimiento. Judith aún recuerda el momento en que recibió la llamada desde la prisión. “Me llamaron y me dijeron: ‘¿Es usted la mujer de Moisés Santana Delgado?’ Y ya pensé lo peor. Me dijeron que había fallecido y yo solo pensé: ‘¿Por qué me llaman ahora si murió a la una de la tarde?’”.
Me llamaron y me dijeron: ‘¿Es usted la mujer de Moisés Santana Delgado?’ Y ya pensé lo peor. Me dijeron que había fallecido
El caso de Moisés reabre el debate sobre las condiciones médicas en los centros penitenciarios y sobre el acceso real de los internos a una atención digna y rápida. La familia exige justicia y un cambio en los protocolos sanitarios para evitar que casos como este vuelvan a repetirse.



