Noemí Hernández es una canaria que reside en el Reino Unido desde hace algunos años y nos ha contado en COPE Canarias cómo se vive la crisis del coronavirus allí. Asegura que en el país hay una extraña normalidad. Por un lado, la población sigue saliendo a la calle, los niños van al colegio y en los parques,  se ve a personas jugando al hockey, al baloncesto o simplemente los menores en los columpios. Al mismo tiempo, la mayor parte de empresas ha decidido continuar con su actividad de forma habitual, ya que no hay ninguna restricción por parte del Gobierno.

Todo parecería muy normal si estas personas no tuvieran en cuenta lo que está viviendo nuestro país. Miran a España y ven que las medidas entre el país anglosajón y España son totalmente dispares. “Es tan desconcertante, no sabemos si mandar a nuestros hijos a las guarderías y colegios o dejarlos en casa”.

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Noemí confiesa que viven en un momento de incertidumbre. “No hay ninguna llamada oficial al aislamiento, solo a los mayores de 70 años se les ha recomendado que se queden en casa, pero sin ninguna obligación”, ha señalado. Nos cuenta que las comunidades de vecinos se están organizando para que los mayores no tengan que salir de sus hogares –sobre todo los que viven solos- haciéndoles la compra o adquiriendo las medicinas que necesitan.

Y es que asegura que el número de personas infectadas por el virus que da el Gobierno no es real, porque “muchas personas llaman por tener síntomas y no les hacen las pruebas, no se sabe quiénes están enfermos y quiénes no”. Algo que le preocupa ante esta extraña normalidad en la que sigue viviendo el país anglosajón.

Eso en cuanto a ssu sociedad. En el ámbito laboral, al igual que en España, muchas empresas, por iniciativa propia, están recurriendo al teletrabajo. Una medida empleada sobre todo por las grandes firmas, ya que las PYMES están aprovechando todo lo posible para mantener sus establecimientos abiertos y ahorrar por lo que pueda pasar en días, semanas o meses.

“Aquí hay una sensatez económica, de que todo siga igual”, y “Boris Johnson está jugando a la ruleta rusa”. Otra coincidencia entre los dos países es la euforia por las compras. Los supermercados tienen las estanterías vacías y en las farmacias ya no quedan desinfectantes. Hernández lamenta que la situación sea parecida en este aspecto a la de España y en cambio el Gobierno británico no actúe tomando medidas drásticas para parar el contagio del virus.

Por eso critica la “Improvisación” que, desde su punto de vista, rige al Gobierno de Johnson, ya que día a día van viendo cómo evoluciona el coronavirus y el ejecutivo actúa según las consecuencias y no previendo la situación. Asegura que la única esperanza que le queda a ella y al resto de españoles que viven fuera es que se aprenda de esta situación y de cara a próximos virus de tal magnitud, se tenga previsto un plan de actuación.