El día de la vuelta de Jonathan Viera comenzó torcido. A los 11 minutos de juego, después de los primeros escarceos, el Ibiza se puso por delante en el marcador con prontitud. El gol visitante fue el producto de una pérdida en las inmediaciones del área local, con rápida acción visitante completada por Castel de tiro raso.

Los planes se habían estropeado a las primeras de cambio. Las Palmas tiró de orgullo para intentar zafarse del incómodo planteamiento al que estaba siendo sometida por su rival. Constantes interrupciones y muchas piezas celestes se oponían en el camino de la portería de la grada Curva, la atacada por los amarillos en el primer periodo.

El peligro se acercó en varias ocasiones sin concretarse en el primer tanto grancanario. Antes del 0-1, en el minuto 5, Viera y Pejiño pusieron a prueba dos veces al portero Germán. La mejor oportunidad fue para el barbateño, con un disparo raso y cruzado que el meta desvió con los dedos a córner.

Y posteriormente antes del descanso y a base de ganas, las principales ocasiones fueron para Sergi Cardona y Jonathan Viera. El zurdo lanzó un obús a la madera rival cuando el reloj cruzaba la media hora. Y el 21 grancanario ejecutó con intención un libre directo que desvió la barrera desorientando al portero balear. Pero el balón no encontró el camino de la portería.

El 0-1 al descanso no era leal con los méritos ofrecidos por los jugadores de Pepe Mel. Las Palmas intentaba maniobrar en ataque de manera constante y su oponente se defendía con orden y paciencia.

Las Palmas no bajó los brazos. Siguió intentando abrir la muralla celeste, asumiendo riesgos. Bogusz pudo hacer el 0-2 en otra contra. Pero ese gol no llegó y sí el de Alberto Moleiro, al rematar un excelente pase desde la izquierda de Pejiño. El sub19 envió a las redes de Germán un magnífico remate al primer contacto con el balón.

De ahí hasta el final, Las Palmas siguió insistiendo. Tuvo alguna ocasión más, pero no pudo completar la remontada en el Estadio de Gran Canaria. El aliento del público no cedió pese a la adversidad.

La lesión de Sergio Ruiz fue el enésimo contratiempo que deja la jornada.