Jacob Wiley, que fue fichado el pasado mes de febrero por el Gran Canaria, se convirtió en el gran revulsivo que requería el equipo para eludir los últimos puestos de la tabla clasificatoria en la Liga Endesa. Sus buenos números e intensidad en la cancha le valieron para ser uno de los referentes en esta temporada con el Gran Canaria.
Aunque el club intentó renovarlo, su buena temporada en el club claretiano hizo que equipos de la Euroliga se interesaran por él, entre ellos el Panathinaikos, club en el que jugará la próxima temporada.