Un verano sin bombas para los niños ucranianos: 60 familias de Asturias acogen a los menores que huyen de la guerra

Les ha tocado vivir una guerra que dura ya tres años. Son niños de entre 8 y 16 años que han perdido a sus padres en combate o están desaparecidos. Las bombas han destrozado sus vidas, a sus familias y a su país. Con esa carta presentación han llegado a Asturias 60 menores procedentes de Ucrania que pasarán dos meses en el Principado con familias de acogida. Durante dos meses vivirán apartados de las bombas y podrán disfrutar de la vida que cualquier crío de su edad debería tener. La iniciativa solidaria la promueve la ONG Viche y Expoacción Organización Solidaria que ha firmado un acuerdo con la Administración de Kiev para ofrecer tranquilidad, cariño y apoyo psicológico a los menores.

 “SE VE EL SUFRIMIENTO EN SU ROSTRO”  

La emoción ha desbordado a las familias de acogida al encontrarse con los niños llegados desde Ucrania. Han llegado a Oviedo con una pequeña maleta y sin apenas hacer comentarios. El idioma es una barrera para ellos. Por ese motivo estarán acompañados de seis monitoras que han viajado desde Kiev y que hablan español. Lo que más preocupa, sin embargo, es el dolor que sufren por haber perdido a sus padres o no saber nada de ellos. “Vienen bastante afectados, se ve el sufrimiento en sus rostros, algunos lo han pasado muy mal”, ha contado en COPE Jorge González, al frente de Expoacción Asturias.

 ATENCIÓN PSICOLÓGICA PARA LOS NIÑOS  

Los menores ucranianos van a tener atención psicológica y el apoyo de varios trabajadores sociales durante los dos meses que van a permanecer en ecipado. La ONG que los ha sacado de su país también les han preparado excursiones a la playa, el Acuario de Gijón o el Museo del Jurásico de Colunga para que “disfruten al máximo y su estancia sea lo más placentera posible dentro de su situación”, remarca González. El objetivo es que se integren en su nuevo hogar y también entre ellos.

 FAMILIAS DE ACOGIDA  

La ONG Viche y Expoacción lleva tres años movilizada para traer a Asturias ucranianos y apartarlos de las bombas. Nada más producirse la invasión rusa, se pusieron manos a la obra. Para traer a 60 niños ha sido necesario localizar a un número similar de familias que los acojan en sus casas. “Al principio fue complicado, pero después hubo gente que se mostró muy receptiva”, explica el responsable de la organización, que ya está pensando en traer a otro grupo de niños a final de año. “Viendo la emoción que han sentido al encontrarse con los menores, muchos van a repetir”, ha remarcado.