El té blanco, un potente antioxidante
En la China Imperial su consumo formaba una parte vital de la cultura

Una bebida muy recomendable
Madrid - Publicado el
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El primer té blanco parece originarse en la China Imperial en el siglo VII, siendo la forma más temprana de té que se consumió en este país. Se cultiva en la provincia china de Fujian y es conocido como uno de los tés más famosos y típicos del gigante asiático. Proviene de las yemas y hojas jóvenes de la planta Camellia Sinensis y se dejan marchitar ligeramente para después secarlas al sol. Es una de las variedades de té más puras del mercado. Su nombre obedece a que sus puntas son blancas y están recubiertas por un vello blanquecino.
PROPIEDADES
Contiene una gran cantidad de polifenoles que ayudan a aumentar las defensas de nuestro organismo y combate el envejecimiento celular. Nos protege contra la caries dental por su alto contenido en flúor, siendo además un gran aliado de la concentración y la memoria, ayuda así mismo a reducir los niveles de colesterol malo (LDL), y contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
VARIEDADES
Las más conocidas son la variedad Silver Needles, originaria de China y compuesta sólo por brotes sin abrir. Se trata de un té de muy alta calidad, siendo el más conocido y consumido en el mundo. El Gong Mei y Shoy Mei, son otras dos variedades que se pueden encontrar a la venta. También se pueden encontrar tés con mezcla de flores, frutas, con vainilla, corteza de naranja, pétalos de rosa, de aciano y de girasol.
PREPARACION
Se prepara con agua a una temperatura de los 85º. Se utilizan entre 2 y 2,5 gramos de té por cada taza (cerca de 1,5 cucharaditas de té). El tiempo de infusión recomendado es de 4 minutos, aunque algunos especialistas aumentan este tiempo hasta los 10 minutos en la primera infusión para permitir que salgan a flote los aromas más delicados.