Así funcionan las obleas de silicio, el componente que necesita tu teléfono móvil y que se fabricará en Asturias a partir de 2030

La futura fábrica de la empresa Sunwafe en la ZALIA (Zona de Actividades Logísticas de Asturias), en Gijón, producirá un componente esencial pero desconocido para el gran público: las obleas de silicio. Quiere comenzar la actividad en el año 2030, tras una inversión inicial de 670 millones de euros, y la creación de 2.600 empleos -entre directos e indirectos- para fabricar 2.500 millones de obleas al año. 

Para comprender su importancia, el catedrático del área de Tecnología Electrónica en la Escuela Politécnica de Gijón (Universidad de Oviedo), Javier Sebastián Zúñiga, ha explicado qué son y para qué se utilizan estos elementos, presentes en casi todos los dispositivos que nos rodean.

La base de la electrónica moderna

Una oblea de silicio, según describe el catedrático, no es más que una superficie de silicio con un espesor muy pequeño (unos 0,2 milímetros), compuesta casi exclusivamente por este material. Y, sobre esta base se fabrican todos los dispositivos semiconductores de la tecnología actual.

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En estas obleas se van generando zonas con impurezas específicas para crear los componentes. "Trocitos de esa oblea serán los transistores, diodos, circuitos integrados, memorias o microprocesadores", aclara Sebastián Zúñiga. Por tanto, toda la electrónica moderna, desde los móviles hasta los ordenadores, se construye sobre ellas.

Esenciales para la energía fotovoltaica

Más allá de los dispositivos de uso diario, las obleas de silicio son fundamentales en la fabricación de paneles solares. "Los paneles solares están compuestos de células fotovoltaicas, y cada célula fotovoltaica se fabrica en una oblea de silicio", detalla el experto de la Universidad de Oviedo. De una sola oblea, de hecho, se pueden obtener varias de estas células.

Para esta aplicación, la calidad del material es crítica. Sebastián Zúñiga subraya que "es importante que la oblea sea de un silicio muy puro" para que las cargas eléctricas generadas por la luz puedan moverse por el material sin recombinarse. El catedrático especula que la aportación de la fábrica de Asturias podría residir precisamente en esta pureza.

Es importante que las obleas para placas fotovoltaicas sean de un silicio muy puro; y no sé si ahí puede estar la aportación de la fábrica de Gijón"

Javier Sebastián Zúñiga

Catedrático del área de Tecnología Electrónica de la Universidad de Oviedo

Un mercado competitivo y un futuro de miniaturización

A nivel económico, el catedrático recuerda que los precios de las células fotovoltaicas y los paneles "han bajado en los últimos años muchísimo por la irrupción de células solares chinas en el mercado". No obstante, confía en que la empresa promotora de la planta asturiana "habrá hecho un estudio de mercado adecuado" para asegurar la rentabilidad del proyecto.

De cara al futuro, el gran desafío tecnológico no está tanto en la oblea en sí, sino en el tamaño de los componentes que integra. "Donde está el reto tecnológico está en hacer los transistores lo más pequeños posible para poder integrar muchísimos transistores en una superficie muy pequeña", afirma el profesor. Esta es, según él, "la clave de todo el asunto".

Esta tecnología de miniaturización extrema es muy sofisticada y, a día de hoy, "solamente la controlan ahora unos pocos países", principalmente Taiwán y Corea. El experto añade que Estados Unidos está intentando recuperar su capacidad en este campo estratégico, lo que demuestra la enorme importancia de este sector tecnológico.