Un Sporting solvente, más maduro que de costumbre, ganó en Santander (0-2) en una prueba de máxima exigencia que superó con eficacia. Los rojiblancos fueron superiores a un débil Racing. El equipo de Oltra vio siempre a Mariño de lejos. 

Los sportinguistas, más de dos mil en las gradas, temían la visita a El Sardinero. Ante las dudas, los jugadores de Djukic respondieron con una actuación notable, más aún en el contexto de una tarde de domingo amenazada por los rivales de la zona baja. El Sporting empezó el partido con la victoria del Málaga en Cádiz, en el puesto 17, más cerca que nunca del abismo.

El Sporting mandó desde el inicio. Antes del gol de Murilo de Souza, el brasileño y Carmona tuvieron ocasiones para el 0-1. La grada coreó a Murilo y el extremo respondió con una primera titularidad que invita al optimismo. Los rojiblancos se impusieron a su rival con creces. Solo en el inicio de la segunda mitad se vio a un Racing creciente. Entonces Djukic ejerció de entrenador y despachó un cambio poco amigo de la grada pero que dio serenidad al partido. Javi Fuego por Pedro Díaz. 

El encuentro estaba más controlado por el juego del Sporting que por el marcador, estrecho hasta el final. El penalti anotado por Carmona, recuperado en las últimas jornadas, concedió un final de partido plácido, con la celebración de la afición asturiana y algún cántico contra la directiva. 

El Sporting gana una semana de calma, a cinco puntos del 'play off' y abriendo un trecho de seis puntos con el descenso. Todo ello tras un partido bien desarrollado en el banquillo y en el verde. El equipo mejoró, dio una muestra de madurez inesperada y su afición lo celebró en El Sardinero.