El dispositivo desplegado sobre el césped y el precedente de Cornellá, argumentos para evitar el cierre del Tartiere

La Comisión Antiviolencia ha propuesto una sanción que conllevaría la clausura temporal del Carlos Tartiere durante un mes y una sanción económica de 10.000 euros al Real Oviedo por la invasión de campo tras el ascenso conseguido en el partido de vuelta de la final del Play Off contra el Mirandés. Concretamente cita el organismo "por no establecer las necesarias medidas de control de acceso y permanencia de espectadores e impedir que, una vez acabado el partido, se produjese una invasión masiva del terreno de juego y se activasen varios artefactos fumígenos con ocasión del encuentro".

El club estima que sí estableció las medidas oportunas. Los videomarcadores del Tartiere y la megafonía advirtieron antes de la finalización del encuentro de que no hubiera invasión de campo. Y más allá de los avisos, también puso "las mayores medidas humanas posibles", en un dispositivo de seguridad notablemente mayor que el de un partido al uso y que concentró a decenas de miembros de la seguridad privada y también a miembros de la Policía Nacional. Si bien la invasión de campo fue imparable, el cordón de seguridad sí que permitió que los jugadores y árbitros se retiraran sin problema y que los actos protocolarios del postpartido pudieran realizarse en un espacio aislado frente a la bocana de vestuarios. El ambiente de los aficionados sobre el césped fue totalmente festivo, celebrando incluso con los jugadores del equipo el ascenso y con una ausencia total de incidentes. 

PRECEDENTE DEL ESPANYOL

Las invasiones de campo en caso de ascenso o celebración son algo recurrente y mismamente la pasada temporada al Real Oviedo le tocó sufrirla en contra. Jugando como visitante en el campo del Espanyol, cuando perdió en el partido de vuelta de la final por el ascenso a Primera ante el conjunto periquito. En aquel momento, no hubo sanción para el Espanyol. Tampoco hubo siquiera propuesta para ello desde Antiviolencia.