Zaragoza y sus puentes: pasado y futuro de una ciudad dividida por el río
Desde el Siglo XV, la capital aragonesa comenzó a unir la margen izquierda y derecha del Ebro a través de puentes y pasarelas. Hoy, más de una decena unen ambos lados de la ciudad

Puentes de Zaragoza vistos desde el aire
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Zaragoza no sería la misma sin el río Ebro, ni sin los puentes que, desde hace más de medio milenio, han permitido a la ciudad crecer, comunicarse y expandirse hacia ambos lados de sus orillas. Hoy, 14 pasarelas y viaductos conectan la margen derecha y la izquierda, cada uno con una historia que explica un capítulo distinto de la capital aragonesa.
Cada puente del Ebro cuenta una parte de la historia de Zaragoza. Unos son testimonio de la ingeniería medieval, otros de la revolución industrial y los más recientes de la ambición arquitectónica del siglo XXI.
EL PUENTE DE PIEDRA, MÍTICO Y SIMBÓLICO
Erigido en el siglo XV y finalizado en 1440, el Puente de Piedra es, probablemente, el símbolo más reconocible de Zaragoza junto a las torres del Pilar. Construido en sillar y apoyado en enormes tajamares, fue durante siglos la única vía estable para cruzar el Ebro.
Lo que muchos zaragozanos desconocen es que este puente ha tenido que “nacer” varias veces. Riadas devastadoras —especialmente las del siglo XVII y XVIII— destruyeron arcos enteros, que fueron levantados de nuevo por los canteros de la época. También sufrió daños durante los Sitios de Zaragoza, cuando el conflicto dejó heridas aún visibles en algunas zonas.

Puente de Piedra de Zaragoza
El puente no solo unió dos orillas: durante siglos marcó la entrada solemne a la ciudad. Viajeros, comerciantes y comitivas reales que llegaban desde el norte cruzaban sus arcos antes de adentrarse en el actual casco histórico.
Hoy mantiene ese papel simbólico, conectando el centro y Echegaray con el tradicional barrio del Arrabal, convertido en un icono fotográfico que ha unido a generaciones bajo su silueta gótica.
EL PUENTE DE HIERRO, EL SALTO INDUSTRIAL A LA ZARAGOZA MODERNA
Cuatro siglos después del Puente de Piedra, la ciudad necesitaba una nueva conexión. La expansión hacia el este y el crecimiento del tráfico impulsaron, a finales del siglo XIX, la construcción del Puente de Nuestra Señora del Pilar, aunque desde su inauguración en 1895 todo el mundo lo conoce como Puente de Hierro.

Puente de Hierro en Zaragoza
Fue una obra que transformó Zaragoza. Por primera vez, un puente metálico, inspirado en las grandes infraestructuras industriales europeas, cruzaba el Ebro. Su estructura de celosía, pionera en España en su momento, permitió un flujo constante de carruajes y posteriormente vehículos, liberando la saturación del Puente de Piedra y conectando el centro con los barrios del Arrabal y, más tarde, con la expansión urbana del Actur.
A lo largo del siglo XX ha sido ampliado y reforzado en varias ocasiones, pero mantiene intacto su espíritu original: el de una Zaragoza que daba la bienvenida a la era moderna.
PUENTE DE SANTIAGO, LA CONEXIÓN ENTRE LAS DOS ORILLA EN EL sIGLO xx
Décadas después, y ante el crecimiento acelerado de la ciudad, Zaragoza necesitó un tercer gran cruce urbano. Así nació el Puente de Santiago, levantado en la segunda mitad del siglo XX sobre un punto históricamente utilizado para pasarelas temporales y barcazas.
Su función fue clara desde el primer día: ser el puente práctico, el que soportara el tráfico diario entre el casco histórico y una margen izquierda que empezaba a expandirse hacia el Actur.

Puente de Santiago de Zaragoza
El Puente de Santiago ha tenido varias remodelaciones, pero su gran transformación llegó con la implantación del tranvía. Desde 2013 es el único puente del Ebro por el que pasa la Línea 1, convirtiéndose en un elemento clave de la movilidad sostenible.
Hoy combina su papel funcional con un privilegio visual: es uno de los pocos puntos desde donde se puede contemplar, en línea perfecta, el Puente de Piedra y la basílica del Pilar.
el puente de la almozara y su pasado unido al ferrocaril
El Puente de la Almozara nació en 1870 como un puente ferroviario destinado a unir las líneas Madrid–Zaragoza y Zaragoza–Barcelona sin necesidad de transbordos, siendo clave para el desarrollo del ferrocarril en la ciudad.

Puente de la Almozara en Zaragoza
Con el tiempo presentó problemas de estabilidad y, en 1947, RENFE encargó al ingeniero Eduardo Torroja una nueva estructura preparada para tres vías, aunque solo una llegó a utilizarse. Tras dejar de funcionar para trenes en los años 70, el puente fue transformado y reabierto en 1987 como paso para vehículos y peatones, y más tarde adaptado con carril bici y zona peatonal, convirtiéndose en uno de los accesos más importantes hacia el Actur.
Hoy en día, el puente no solo es fundamental para la movilidad —con decenas de miles de vehículos cruzándolo a diario—, sino también un elemento simbólico por su historia y por las esculturas que lo acompañan, como Cierzo de Andreu Alfaro y la locomotora de acero inoxidable que recuerda sus orígenes ferroviarios. Su nombre procede del antiguo espacio agrícola de la “Almozara”, junto al Ebro, que con el tiempo se urbanizó y cobró importancia para la ciudad.
LOS PUENTES DEL S.xxi: DEL TERCER MILENIO A LAS PASARELAS
El siglo XXI trajo a Zaragoza una nueva etapa de expansión y grandes proyectos urbanos. Entre ellos, destaca el Puente del Tercer Milenio, inaugurado en 2008 como obra icónica de la Expo. Su arco de hormigón, uno de los mayores del mundo en su categoría, se ha convertido en una entrada monumental a la ciudad moderna.

Puente del Tercer Milenio en Zaragoza
Ese mismo año se estrenaron también la Pasarela del Voluntariado, atirantada y de diseño futurista, y el Pabellón Puente, concebido por Zaha Hadid como espacio expositivo y pasarela peatonal.

Puente del Voluntariado en Zaragoza
Mientras, la A2 con el Puente Ronda Norte y la Z40 cruzan Zaragoza por encima del río, como también lo hace el Azud del Ebro. Completa la red el Puente de la Unión, que desde 1989 enlaza Las Fuentes y el Arrabal, o el Puente de Manuel Giménez Abad, inaugurado en 2002 y diseñado por el ingeniero Javier Manterola. Es un puente de la Z-30 que conecta los barrios de Las Fuentes y Vadorrey y que destaca por su arco central de 120 metros. Por último, en Zaragoza también está el puente de la carretera de Cogullada sobre el ferrocarril.
el futuro de los puentes de zaragoza
Todos estos puentes han hecho posible que la ciudad de Zaragoza se extienda, se conecte y respire a ambos lados del río. Ahora, el Ayuntamiento de Zaragoza ha iniciado el proceso para la mejora y puesta en valor de cuatro de sus puentes más emblemáticos. Se destinará a ello 7 millones de euros,
Para la Pasarela del Voluntariado, la inspección municipal analizará focos de corrosión en barandillas y tableros. Se prestará especial atención a la rotura de cristales de los parapetos, una de las incidencias más costosas para el consistorio desde su origen. Se buscará para los cristales una solución “menos vandalizable”, con un coste previsto para estas intervenciones de unos 250.000 euros.
En el Puente de Hierro, el proyecto abordará la pérdida de tratamiento protector, sobre todo en las superficies de color azul, y las roturas en las barandillas. Adicionalmente, se plantea una mejora de la iluminación ornamental para realzar su estructura metálica.
La intervención en el Puente de Piedra es la más delicada al ser un Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que requerirá la supervisión de la Comisión Provincial de Patrimonio. La inspección se centrará en el desgaste de la sillería, la vegetación, las grietas y la erosión, y se creará un modelo digital completo del puente. Un aspecto clave será la protección de la avifauna, elaborando un mapa de nidos de vencejo común y pálido en los sillares.

Puente de Cogullada en Zaragoza
Finalmente, el proyecto para el puente de la carretera de Cogullada parte de un anteproyecto municipal y una inspección de ADIF de 2023. Los trabajos se centrarán en reparar descorchones que afectan a la armadura, mejorar la impermeabilidad del tablero y renovar las barandillas. Entre las obras previstas se desarrollará la reserva de espacio para instalar una nueva tubería de abastecimiento de agua, la mejora de la iluminación viaria y el asfaltado de sus 400 metros de longitud.




