Vandalismo, robos y hasta un incendio: la pesadilla nocturna de estos vecinos del Actur de Zaragoza

Gritos, vandalismo o robos. Es lo que soportan desde hace al menos 3 años los vecinos del entorno de la plaza Pablo Iglesias, en el barrio del Actur de Zaragoza. Cada verano, grupos de jóvenes, la mayoría menores de edad, se pasan horas armando jaleo, a veces hasta bien entrada la madrugada.

Nos lo ha contado en COPE una de las vecinas afectadas, que prefiere no dar su nombre por seguridad. "Desde hace años, entran en los portales, abren los extintores y los vacían en las escaleras; roban en comercios; y tiran huevos y globos de agua por las ventanas abiertas de las casas", asegura.

Cuando esto sucede, algunas personas salen a sus ventanas para pedirles que paren, pero los jóvenes les increpan. "Han amenazado incluso a ancianos", lamenta.

Quienes protagonizan estos actos no son unos desconocidos, precisamente. "Son vecinos del barrio, los tenemos localizados e identificados, los vecinos ya les han puesto nombre a las pandilla", señala esta mujer. Pero, cuando han tratado de que sus familias les llamen la atención, sólo han encontrado incomprensión. "Dicen que son cosas de críos, que es normal", explica.

UN INCENDIO DE MADRUGADA  

Pero el tema va más allá de una simple gamberrada. La madrugada del martes al miércoles, provocaron un incendio en la terraza de uno de los bares, quemando la mitad de las sillas. "Tuvieron que echarle gasolina porque, si no, eso no prende, estamos saturados", asegura.

Desde Policía Nacional han confirmado a COPE este episodio, que se produjo en un establecimiento hostelero de la calle Antón García Abril. El 112 les dio el aviso y los Bomberos tuvieron que sofocar el incendio, que afortunadamente no provocó daños personales. Los hechos tuvieron lugar a las 2,40h. Cuando llegaron los agentes, allí ya no había nadie.

No es la primera vez que tienen que intervenir las fuerzas del orden. Pero el tema no se soluciona. De hecho, "cada verano desde hace 3 o 4 años se repite la misma situación", cuenta esta afectada.

"Aquí no duerme nadie, cogen las sillas de los bares y se las llevan por toda la plaza, piden comida rápida y la dejan tirada en la plaza, cada año lo mismo", concluye.