¿Un par de huevos a la semana hacen vida sana? ¿Son las lentejas comida de viejas?

Una vez más, el equipo de Marketing y Comunicación de Aldelís, formado por Berta y Óscar, se ha colado en las ondas con su receta favorita: mucho humor, buen rollo y productos ricos. Esta semana, se han lanzado a cuestionar algunos refranes populares que, si bien nos suenan familiares, no siempre tienen mucho sentido… al menos, gastronómicamente hablando.

El primer plato en esta degustación de sabiduría popular fue el clásico “Un par de huevos a la semana hacen vida sana”. ¿Un par solo? Óscar, autoproclamado fit y consumidor habitual de huevos, se indignó con razón. ¡Los tiempos han cambiado, y los huevos tienen carta blanca!

Le siguieron las lentejas, que injustamente cargan con el sambenito de ser “comida de viejas”. Berta defendió su honor como si fueran su mismísima abuela: fibra, hierro, fósforo… y encima baratas. “Guay para viejas, viejos, criaturas y demás”, resumió. Punto para las lentejas.

Pero el refrán que más ampollas levantó fue ese de “desayunar como un rey y cenar como un mendigo”. Aunque la teoría tiene su lógica, la vida real manda: “A veces la única comida tranquila del día es la cena”. Aplausos desde la cocina.

También desmontaron el dicho de “guiso recalentado y amigo reconciliado, dales de lado”. “¡Pero si los guisos de un día para otro están mejor!”, protestó Óscar, que de paso aprovechó para recomendar los tacos de estofado de pavo Aldelís. Proteínas a tope y buen precio. Nada de darles de lado, vaya.

Hubo hueco para otros refranes pasados de punto como “de la mar el mero y de la tierra el carnero” (¿y el pollo, qué?). “Come a gusto y placentero y que ayune tu heredero” (con niños sin ver un euro, cuidado con eso) o el dramático “melón por la noche mata”, que parece sacado de una peli de miedo de sobremesa.

Eso sí, no todo fue crítica. También hubo reconciliación con el refranero gracias a frases como: “Sopa de Aldelís y amor, hasta el frío da calor” o “Caldo Aldelís y buenos alimentos, alargan la vida y evitan tormentos”. Porque ya que estamos, ¿por qué no hacer marketing con rima?

Y así, entre cuchara y carcajada, Laura, Óscar y Berta nos dejaron claro que no todo lo que dice el saber popular hay que tomárselo al pie de la letra… ¡aunque venga en verso!