Pilar, de arqueóloga a ganadera en un pueblo de Teruel: “Me decían que estaba loca“
Forma parte de 'Ganaderas en Red', un colectivo que agrupa el mayor número de ganaderas en extensivo de España

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Teruel - Publicado el - Actualizado
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Ganaderas en Red es mucho más que una asociación: es un movimiento. Se trata del colectivo que agrupa al mayor número de ganaderas en extensivo de toda Europa, formado por más de 170 pastoras y ganaderas de diferentes provincias de España. Nacido en 2016, su objetivo ha sido desde el principio dar visibilidad a las mujeres del sector, reivindicando su papel y su voz en una profesión históricamente masculinizada.
Entre las múltiples iniciativas de este colectivo destaca el documental Mujeres de Viento, Tierra y Ganado, recientemente proyectado en Mora de Rubielos, Alcañiz y Teruel. Pilar Edo, integrante de Ganaderas en Red, ha pasado por COPE Teruel para contar sus impresiones sobre el proyecto: “La idea del documental nació para ponernos cara a nosotras mismas”.
El trabajo en red es esencial para el colectivo, que agrupa mujeres dispersas por toda la península y las islas. De ahí la importancia de un documental que refleje su filosofía, sus principios, sus problemas, pero también sus alegrías y fortalezas. Más allá de mostrar su labor al público, la intención era también reconocerse entre ellas mismas, verse “desde fuera” y reafirmar su identidad colectiva.
Las proyecciones de Mujeres de Viento, Tierra y Ganado han sido profundamente emotivas para las ganaderas. Pilar recuerda que durante la presentación en Teruel tanto ella como su compañera Marta Martín, de Entre Cabritos, no pudieron contener las lágrimas, pese a haber visto ya el documental: "Es emocionante escuchar historias reales, de mujeres que viven y trabajan a pie de campo”.
Ganaderas en Red surgió de manera espontánea y natural. Todo comenzó en un encuentro de Territorios Pastoreados en Madrid, donde coincidieron cinco o seis ganaderas de distintas zonas. Allí se dieron cuenta de que no existía un espacio donde las mujeres del sector se sintieran representadas.
Al año siguiente, en un nuevo encuentro, ya eran 20 o 30 las mujeres interesadas en sumarse a la iniciativa. Fue entonces cuando decidieron buscar un nombre y formalizar su identidad como colectivo. Desde entonces, el crecimiento ha sido constante: a punto de cumplir diez años, ya superan las 190 integrantes, y cada día se suman nuevas mujeres atraídas por su labor y su presencia cada vez mayor en redes sociales, prensa y eventos públicos.
“Somos nosotras mismas las que difundimos la existencia de Ganaderas en Red. Cuando conocemos a otra mujer ganadera, le hablamos del proyecto e intentamos que se una”, cuenta Pilar.
La historia personal de Pilar Edo: del estudio al campo
Antes de dedicarse a la ganadería, Pilar Edo trabajaba como arqueóloga en el Centro de Estudios del Jiloca. Su vida cambió drásticamente hace algo más de una década, tras el fallecimiento inesperado de su hermano, quien llevaba la explotación agrícola y ganadera familiar. “No podía dejar que todo lo que había construido mi familia desapareciera. Decidí intentarlo”, recuerda.
A pesar de la sorpresa y las dudas de su entorno —“me decían que estaba loca, que era demasiado para una mujer”—, Pilar apostó por continuar el legado familiar. Hoy, once años después, mantiene la explotación junto a su padre, su hermana y su cuñado, quienes la apoyan en algunas de las tareas de campo.
Después de más de una década en el sector, Pilar identifica las principales dificultades de la ganadería extensiva como problemas estructurales que trascienden el género. Sin embargo, reconoce que los estereotipos de género siguen presentes, sobre todo al inicio: “Ir a comprar pienso y que te pregunten dónde está tu marido o tu padre para hablar con ellos… Eso me pasó muchas veces”, confiesa.
Con el tiempo, y gracias a la normalización de la presencia femenina en el campo, estos prejuicios han ido disminuyendo. Cada vez hay más mujeres al frente de explotaciones, conduciendo tractores o pastoreando, demostrando que la fuerza y la capacidad no tienen género.
Pilar destaca también un problema más profundo: la falta de representatividad femenina en cooperativas, asociaciones y sindicatos agrarios. A su juicio, esta ausencia de voces de mujeres en los espacios de decisión sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes del sector.