Huesca renueva su histórico voto a la Inmaculada con el canto del Tota Pulchra: En 1450 la peste asolaba la capital oscense
La ciudad mantiene la tradición que nació en 1450 a raíz de una promesa para acabar con una terrible epidemia de peste que asolaba la capital oscense

Juan Carlos Barón es el Dean de la Catedral de Huesca
Huesca - Publicado el
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La ciudad de Huesca ha vuelto a demostrar la fuerza de sus tradiciones con la celebración del Tota Pulchra, el histórico oficio de la vigilia de la Inmaculada Concepción de María. Como cada 7 de diciembre, los oscenses acuden a su cita anual en la Santa Iglesia Catedral de Huesca, un acto que conmemora y renueva el voto que las instituciones de la ciudad realizaron en el año 1450. La ceremonia, que une el fervor religioso con la memoria histórica colectiva, estará presidida por el obispo de la diócesis, el Padre Pedro Aguado Cuesta, y contará con la presencia de las más altas representaciones institucionales de la capital oscense.
Un voto contra la peste con 574 años de historia
El origen de esta solemne tradición se remonta a mediados del siglo XV, concretamente al año 1450, cuando una virulenta epidemia de peste asolaba la ciudad de Huesca. Según ha recordado el Deán de la Catedral, Juan Carlos Barón, las instituciones de la época decidieron realizar un voto a la Inmaculada Concepción para pedir su intercesión y el fin de la enfermedad. Este compromiso, del que se conserva testimonio documental, se ha mantenido ininterrumpidamente y se ha renovado a lo largo de los siglos, convirtiéndose en una de las señas de identidad más profundas de la ciudad.
En el año 1450 una virulenta epidemia de peste asolaba la ciudad de Huesca"
Déan de la Catedral de Huesca
El mantenimiento de este voto secular es un ejemplo de consenso y continuidad. Hoy, las instituciones que lo sostienen son herederas directas de aquellas que lo iniciaron. El Cabildo Catedralicio, la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Huesca y el claustro de profesores del Instituto de Enseñanza Secundaria Ramón y Cajal, sucesor de la histórica Universidad Sertoriana de Huesca, se congregan cada año para dar testimonio de un compromiso que supera el paso del tiempo y que sigue vivo en la memoria de la comunidad.
Una liturgia solemne arropada por el fervor popular
El acto central tendrá lugar a las 19:00 horas en la Catedrall. La celebración del Tota Pulchra, que toma su nombre de la antífona ‘Tota Pulchra es, Maria’, extraída del Cantar de los Cantares, representa no solo un acto de fe, sino también un evento cultural y social de primer orden que une a toda la ciudadanía. Junto al obispo, la ceremonia contará con la asistencia destacada de los miembros del Cabildo Catedralicio y la corporación municipal, visibilizando el arraigo institucional de la tradición.
Este evento se caracteriza por ser un punto de encuentro que trasciende lo puramente litúrgico, manifestando un consenso institucional y popular que es clave para su pervivencia. El profundo arraigo en la memoria histórica colectiva de Huesca convierte la víspera de la Inmaculada en una jornada de reafirmación de la identidad local, donde el pasado dialoga con el presente a través de un rito cargado de simbolismo y solemnidad, y que los oscenses continúan pasando de generación en generación como un valioso legado.
Un programa musical de gran arraigo
La parte musical será uno de los pilares de la celebración. La interpretación ha corrido a cargo de la coral de la capilla de música de la catedral y parroquias de Huesca, acompañada por una orquesta formada íntegramente por músicos oscenses. La dirección del conjunto queda en manos de José Vicente Pardo, profesor de orquesta y coro del conservatorio de Huesca. Las voces de los solistas Marina Lansac, Alejandro Escuer y María Jesús Ramón añadirán brillantez a una ceremonia ya de por sí emotiva, conmoviendo a todos los presentes.
El programa musical iniciará con el himno latino 'Ave, Maris stella', seguido del canto del Salmo Responsorial 97. El momento culminante llegará con la antífona 'Tota Pulchra es, Maria', que da nombre a toda la liturgia. Posteriormente, se interpretará el ‘Salve Regina’ de Hilarión Eslava para cuatro voces y orquesta, una pieza de gran belleza que realza la solemnidad del acto. Como broche final, los asistentes podrán escuchar el ‘Gaudeamus igitur’, el himno universitario por excelencia, en un claro guiño a la herencia de la Universidad Sertoriana que custodia y representa el Instituto Ramón y Cajal.
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