El presidente de la Fundación Lares, Juan Vela, considera que la pandemia ha puesto sobre la mesa la necesidad de ser más humildes y la importancia de trabajar conjuntamente. Lares atiende a personas mayores, dependientes, con discapacidad y en riesgo de exclusión social y a la misma pertenecen 17 asociaciones autonómicas que aglutinan 1.050 centros y servicios en toda España. Lares reúne el compromiso de congregaciones religiosas y la voluntad solidaria de fundaciones y ONG's, manteniendo como bastión la gestión solidaria de todas sus entidades.

El presidente de Lares y a su vez responsable del centro de Cruz Blanca en Huesca, Juan Vela, ha apuntado que pasado un año desde el inicio de la pandemia, si algo ha dejado claro es la necesidad de ser más humildes, porque nadie sabía cómo gestionar esta difícil situación. Así ha manifestado que “ni los profesiones éramos tan buenos profesionales para resolver la pandemia porque no teníamos experiencia, ni los científicos sabían tanto como para dar una solución de forma inmediata, ni los políticos supieron dar las respuestas que tal vez necesitábamos en ese momento”.

La medidas para prevenir la propagación del coronavirus “han sido más duras para las personas más frágiles”, para quienes el cariño, un abrazo o la cercanía “son primeras necesidades”. A ello se unió la falta de material en el inicio de la pandemia y la sensación de que “por mucho que se hiciera, el virus avanzaba, se propagaba, enfermaba a las personas y a muchas las mataba”. Vela ha asegurado que también han sido momentos muy duros para los trabajadores de estos centros residenciales, que han desarrollado su trabajo con gran “impotencia y frustración”.

Pasado un año, la vacuna ha supuesto una gran esperanza. “La vacunación, sobre todo, en los centros residenciales y sus profesionales nos ha dado muchísima esperanza y es que el índice de fallecimientos de personas en centros residenciales se ha reducido mucho, mucho, mucho” y “así, aún con todas las medidas, pero se puede trabajar de otra manera”.

Vela espera ir recuperando poco a poco la normalidad para seguir dando cumplimiento al objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas mayores, dependientes, con discapacidad y en riesgo de exclusión social a través de la personalización de la atención directa, de la formación de los profesionales y de búsqueda de financiación y ayudas.