Oliver es un niño malagueño de dos años y medio que, desde hace uno vive con sus padres en Playa del Carmen, en la Península de Yucatán, en México. La vida de esta familia transcurría con normalidad hasta el pasado 13 de octubre. Ese día, a Oliver le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito. Sus padres no dudaron en llevarlo al hospital. Allí le dieron el diagnóstico: el pequeño padece un tumor cerebral y sufre de hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro).

En cuestión de días, Oliver dejó de comer, hablar y caminar, y la semana pasada fue intervenido de urgencia para drenarle líquido del cerebro. Pero la historia se complicó todavía más cuando los doctores se negaron operar el tumor por falta de medios como explica en COPE Málaga David Romero, tío de Oliver: “No había tiempo para preparar todo porque le dijeron que si no se operaba la esperanza de vida era de 15 días. No había material ni especialistas preparados para intervenir ese tipo de tumor”.

El tiempo corría en contra y los padres del pequeño acudieron a la sanidad privada donde el coste de la operación ascendía a 100.000 euros, cantidad que no podían asumir.

DESTINO A ESPAÑA

Los padres del pequeño también acudieron a la embajada española para que pusieran un avión medicalizado hasta España. Allí se negaron argumentando que era una intervención que cubría la sanidad pública mejicana, pero ya habían recibido un no por respuesta.

Neurocirujanos del Hospital San Juan de Dios de Barcelona conocieron el caso y se ofrecieron a operar al pequeño, pero era necesario un avión medicalizado para trasladarlo hasta España. El coste es de casi 200.000 euros, una cifra inalcanzable para su familia. Pero entonces reciben la llamada de un empresario ofreciéndose a pagar la cantidad: “Es un empresario español que reside en México y él asumió todos los gastos sin pedir nada a cambio, solo el anonimato y la factura del cargo ya que la necesita para justificarla en Hacienda”.

Estaba previsto que avión llegara este lunes a España, así se había contratado, pero el vuelo se va a retrasar: “Ahora llega el miércoles a las 12:30. Son dos días más que a nosotros quizás no nos parezca nada, pero que el caso de Oliver puede suponer la diferencia entre llegar bien, o morir”.

Afortunadamente, si todo va como debe, Oliver será operado de un tumor en el cerebro, una intervención que le permitirá vivir.