¿Verano perfecto? Solo si evitas esto
Tomar el sol sin cuidado sigue siendo un clásico del verano. Protege tu piel y disfruta sin sustos

¿Verano perfecto? Solo si evitas esto
Jaén - Publicado el
3 min lectura
Toallas al hombro, neveras llenas, bañadores listos y esa emoción que solo despiertan los días de verano. Ya sea en la playa, en la piscina, en el río, un pantano o incluso en una ruta de senderismo con parada en una poza escondida, todos buscamos una cosa: disfrutar del sol. Pero no podemos olvidar que ese mismo sol tan apetecible también puede convertirse en un enemigo silencioso. Las quemaduras solares son más frecuentes de lo que imaginamos y pueden tener consecuencias graves, tanto inmediatas como a largo plazo.

En verano, cuando la radiación es más intensa y pasamos más tiempo al aire libre, el riesgo se multiplica
Las quemaduras solares son lesiones cutáneas provocadas por una exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) del sol, sin la debida protección. En verano, cuando la radiación es más intensa y pasamos más tiempo al aire libre, el riesgo se multiplica. Afectan a todo tipo de pieles y no solo causan enrojecimiento, dolor y ampollas, sino que además aumentan el riesgo de cáncer de piel, especialmente si se repiten a lo largo del tiempo.
Más allá de la playa
Cuando pensamos en protegernos del sol, lo primero que se nos viene a la cabeza es la playa. Sin embargo, el peligro de las quemaduras solares no se limita al mar. En las piscinas, el reflejo del sol en el agua y el azulejo claro intensifica la radiación. En los ríos y embalses, donde muchas veces no hay sombra ni instalaciones, es común pasar horas expuestos sin darse cuenta. Incluso en la montaña o durante un paseo en bicicleta, la piel está igualmente expuesta. El sol no discrimina: donde haya rayos UV, hay riesgo.
Protector solar: tu mejor aliado
La clave está en la prevención, y el protector solar es tu escudo más eficaz. Pero no basta con aplicarlo sin más: hay que saber cómo y cuándo usarlo para que realmente funcione.
Para empezar, elige siempre un protector solar de amplio espectro, que cubra tanto los rayos UVA como los UVB. Asegúrate de que tenga un FPS de al menos 30, aunque si tu piel es clara, sensible o estás en zonas de gran altitud, lo ideal es usar FPS 50 o más.
Uno de los errores más comunes es aplicarlo justo antes de exponerse al sol. Lo correcto es hacerlo al menos 30 minutos antes de salir al exterior, para que el producto se absorba bien y pueda proteger eficazmente.
Otro punto clave es la cantidad: muchas personas aplican menos de la necesaria. Como referencia, utiliza una cucharada por zona del cuerpo (brazos, piernas, espalda, etc.). No te olvides de zonas sensibles como el cuello, el empeine, las orejas o los labios (para los que puedes usar un bálsamo con FPS).
Y no te confíes después del primer uso. Es fundamental reaplicar el protector cada dos horas, y también después de nadar, sudar o secarte con la toalla. Solo así te aseguras de mantener el nivel de protección adecuado durante toda la jornada.
Además del protector solar, hay otras medidas igual de importantes:
- Evita la exposición solar directa entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación UV alcanza su punto máximo.
- Vístete con ropa ligera, transpirable y que cubra la mayor parte posible del cuerpo. Los sombreros de ala ancha y las gafas de sol con protección UV también son esenciales.
- Busca siempre la sombra, ya sea bajo árboles, sombrillas o estructuras portátiles. Esto es especialmente útil en zonas como ríos, piscinas o embalses, donde no suele haber demasiada protección natural.
- Mantente bien hidratado. La piel deshidratada es más vulnerable a la radiación solar, y el calor intenso puede pasar factura rápidamente.
Así que ya sabes. El verano está para disfrutarlo: reír, nadar, desconectar. Pero todo eso sabe mejor cuando lo haces cuidando de ti y de los tuyos. Una quemadura solar no solo puede arruinar tus vacaciones, sino dejar secuelas invisibles que aparecen años después. Tu piel, a futuro, te lo agradecerá.